domingo, 11 de diciembre de 2016

P. SALUD EN LA PARROQUIA

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EL EQUIPO PARROQUIAL DE PASTORAL DE LA SALUD

Introducción

«Consideramos imprescindible en estos momentos la constitución de equipos de Pastoral de la salud en nuestra parroquia, para sensibilizar sobre su responsabilidad de los enfermos a toda la comunidad parroquial, y para servir de cauce principal a su acción pastoral en el campo de la salud y de la enfermedad. Por ello, el equipo de pastoral de la salud no actúa a título particular, sino en nombre de toda la comunidad parroquial. Su objetivo no es estimular la caridad individual de los cristianos hacia los enfermos, sino promover el servicio sanador como un hecho comunitario, es decir, como un compromiso real y efectivo de toda la parroquia. Su presencia activa en la parroquia está orientada a ayudar a toda la comunidad a vivir responsablemente el mandato sanador de Jesús y el servicio a los enfermos.» (CONGRESO IGLESIA Y SALUD, 1994)

1.- Razón de ser del equipo de pastoral de la salud

La pastoral de la salud en la parroquia debe ser el cauce y la expresión de la caridad pastoral de la comunidad hacia los enfermos. El servicio evangelizador de esta pastoral no es sino el instrumento concreto que impulsa, coordina y lleva a cabo la fraternidad y la solidaridad de toda la comunidad parroquial hacia los enfermos. Los enfermos, miembros de la parroquia tienen múltiples necesidades y éstas piden que se les atienda desde diversos carismas o modalidades de servicio. El equipo, como estructura pastoral, da estabilidad y continuidad a la pastoral parroquial y tiende a evitar las improvisaciones y la dispersión individualista. Lo que hacen los visitadores o agentes de pastoral de la salud, debe ser testimonio del amor fraterno no sólo de ellos, sino de toda la parroquia. No se trata sólo de llevarles a los enfermos un servicio evangelizador, también recibimos ayuda y colaboración de ellos. “Los pobres y los enfermos nos evangelizan. “

2.- Rasgos y características de los miembros del equipo de pastoral de la salud

1. El equipo lo forman personas: Con buena predisposición -carisma- hacia los enfermos y con alguna experiencia en su trato. Con viva inquietud evangélica y con sentido de iglesia. Con estilo participativo. Con dotes de creatividad y deseos de formación. No basta la buena voluntad y la generosidad, es necesaria la formación general sobre la vida cristiana, y específica en este campo de los enfermos, su mundo, su problemática, el trato y acompañamiento, el mundo sanitario y sus problemas e injusticias.

Que alimentan su fe y su vida cristiana para no caer en el activismo como funcionarios sin vida interior. Deben ser personas de oración y vida sacramental.

2. Personas que se comprometen a: Compartir con otros la misión de asistir a los enfermos en el nombre de Jesús y de la comunidad parroquial, sensibilizándose y sensibilizando a los demás. Seguir un programa de formación. Aceptar cada uno las responsabilidades que le correspondan y ayudar a los del grupo en las diversas tareas. Estudiar y promover cuantas actividades vengan exigidas por las necesidades de los enfermos. Hacer presente a la parroquia ante los enfermos y servir de vehículo de integración de los mismos en ella. Colaborar con los restantes equipos parroquiales en aquellas tareas que sean comunes (Cáritas, Liturgia, Catequesis…) Trabajar en grupo con su animador y en contacto con los equipos de pastoral de la salud de otras parroquias (arciprestazgo, diócesis) y con las personas y organismos civiles que trabajan a favor de los enfermos y la sanidad (Centros de salud , Cruz Roja etc…)

3. Tareas del equipo

Y ¿qué ha de hacer el equipo de pastoral de la salud en la parroquia? ¿Cuál es su tarea? Esta es la pregunta porque nos conviene ver con amplitud nuestro quehacer, no para desanimarnos, sino para estimularnos.

A) Conocer a los enfermos

1.- Antes que nada, hemos de conocer los enfermos que hay dentro de la demarcación parroquial. Luego veremos si hemos de hacer algo o no. Pero lo primero es conocer la realidad. En primer lugar, hemos de conocer aquellos enfermos que están en sus lugares de manera permanente: enfermos crónicos, minusválidos físicos, sensoriales, psíquicos; disminuidos por accidente, paralíticos cerebrales, etc. Y también ese sector cada vez mayor de ancianos enfermos, deteriorados, disminuidos que viven encerrados en sus casas.

2.- Hemos de conocer también los enfermos aquejados por una enfermedad transitoria y que son trasladados a un centro sanitario. Conocer el Centro en el que están internados o su domicilio cuando están convalecientes. No hemos de olvidar aquellos enfermos que están internados de manera permanente (psiquiátrico, residencia de ancianos, etc.). No se trata de conocer sólo a los enfermos más cercanos a la parroquia, los practicantes, los conocidos, sino a todos los que sufren enfermedad o desvalimiento, sean creyentes o increyentes. Es importante conocer las necesidades o los problemas más urgentes de estos enfermos. Con frecuencia, a la enfermedad se unen otros problemas de carácter económico, familiar o personal.  Naturalmente tenemos que conocer bien, sobre todo, a los enfermos más olvidados, más necesitados, más abandonados o marginados, los que están más solos, los que no tienen prácticamente a nadie.

Es también conveniente conocer de cerca la Residencia de Ancianos de los Ferroviarios, las consultas médicas, dispensarios, centros de salud que haya en nuestra demarcación parroquial. Así pues la primera condición para actuar es conocer bien la realidad de los enfermos de la parroquia. Un equipo de pastoral de la salud bien informado y buen conocedor de la realidad es un equipo que puede luego dar pasos importantes. 3.- Pero todo esto requiere un trabajo y una organización. Señalarnos tres sugerencias:

a) el ir creando dentro de la parroquia una red de colaboradores o enlaces que os pueden mantener informados (por bloques, barrios, portales, etc…;

b) el ir elaborando poco a poco un sencillo fichero con los enfermos crónicos de la parroquia;

c) el cuidar la relación con los centros sanitarios para conocer la situación de los cuidados que se ofrecen y los sanitarios que de ellos se ocupan.

B) Acercarse a los enfermos

El primer gesto de la comunidad parroquial ha de ser acercarse a estos enfermos y, de manera particular, a los más olvidados y necesitados. El equipo de pastoral de la salud son los que aseguran esta cercanía al enfermo. Se trata de acercar la comunidad parroquial al enfermo y acercar el enfermo creyente a la comunidad parroquial. Esta cercanía ha de ser una presencia amistosa, discreta, respetuosa. Que el enfermo sepa que no está olvidado. A veces puede suceder que lo más conveniente sea, no que el equipo de pastoral de la salud le visiten directamente, sino que se preocupen de que las personas más cercanas o amigas lo visiten y no lo abandonen. Acercarse a los enfermos significa visitarlos cuando están internados en un Centro, cuando están convalecientes en su casa; o cuando viven permanentemente en su domicilio su enfermedad crónica. Pero significa también hacerles llegar nuestra presencia de comunidad parroquial enviándoles nuestro saludo, llamando por teléfono, enviando alguna carta. No olvidarlos, sobre todo, a los que sabemos que están solos, desmoralizados, deprimidos, etc. Por otra parte, hay que acercar a la comunidad parroquial hacia el enfermo creyente, recordarlos en la eucaristía de la comunidad, llevarles la comunión, ayudarles a estar presentes en la parroquia en días señalados (Pascua, Pentecostés, Día del Enfermo). No hemos de olvidar la posibilidad de celebrar la Unción de los enfermos.

C) Servir a los enfermos

Aquí no hay reglas. La pastoral de la salud ha de estar muy atenta a cualquier necesidad de los enfermos sean crónicos, sean temporales, estén en un centro sanitario o residan en su casa. A veces, junto a los problemas que trae consigo la enfermedad, se añaden otros problemas: necesidades materiales y económicas; personas que necesitan orientación y asesoramiento; enfermos que necesitan ayuda para sus desplazamientos o compañía para acudir a las consultas; gentes que no saben defender sus derechos y será necesario ponerles en comunicación con la asistente social de Caritas, etc. Otras veces son problemas morales: estados depresivos; desaliento y desmoralización; abandono por parte de la familia; soledad (no tener a nadie para la noche, para conversar o salir a pasear, etc….) Otras veces, puede haber una necesidad espiritual: la presencia de un sacerdote o de alguien que le ayude a afrontar su enfermedad, el diagnóstico pesimista o la proximidad de la muerte. El equipo de pastoral de la salud parroquial debe estar atento, ser sensible a toda esta problemática, reunirse para ver qué se puede hacer, sobre todo, ante los enfermos más desvalidos y necesitados. Aprender, poco a poco, con la experiencia a estar cerca de estos enfermos en una actitud de servicio totalmente desinteresado.

D) Ayudar a las familias

A veces es la familia del enfermo la que necesita una presencia y una ayuda, más que el enfermo mismo. Pensemos en esas familias agobiadas y agotadas por la tensión y el dolor al ver que se prolonga la enfermedad de alguno de sus seres queridos, sabiendo que no tiene remedio. Pensemos en esas familias con enfermos crónicos, con hijos minusválidos…Muchas veces el acercamiento de los visitadores de enfermos ha de ser a la familia. Ofrecer discretamente ayuda. Si hay necesidades que requieren una asistencia social, comunicarlo a Cáritas de la parroquia. Ofrecer ayuda para que puedan descansar también ellos, para que se puedan desahogar. Muchas veces lo más indicado no es que nos acerquemos nosotros directamente a esa familia que, tal vez, ni nos conoce. Lo importante será que nosotros hagamos que otras personas más cercanas y allegadas (vecinos, conocidos, compañeros, amigos) se acerquen y puedan ayudarles.

E) Sensibilizar a la comunidad parroquial

Una de las tareas importantes de la pastoral de la salud es sensibilizar a la comunidad parroquial de cara a los enfermos. Preocuparse de que la parroquia no olvide a estos hombres y mujeres que sufren la enfermedad. El equipo de pastoral de la salud ha de preocuparse de llevar esta sensibilidad a la liturgia parroquial (que se ore por los enfermos, que se les lleve la Eucaristía, que se les recuerde en la predicación, que se celebre la Unción de Enfermos, etc…           

Ha de llevar también esta sensibilidad al campo de la catequesis y educación de la fe (que los niños oigan hablar de los enfermos, que los jóvenes de confirmación se sensibilicen ante estos problemas, que visiten alguna residencia). El equipo de pastoral de la salud ha de cuidar de manera especial la celebración del Día del Enfermo, la celebración de la Unción, el Día de la Parroquia, etc. Pueden ser fechas importantes para sensibilizar a toda la parroquia. Naturalmente todo esto requiere que el equipo de pastoral de la salud parroquial estén en contacto con los sacerdotes, el equipo de liturgia, de catequesis, de juventud, etc. Esta tarea de sensibilización no ha de reducirse al interior de la comunidad parroquial. La pastoral de la salud ha de colaborar también en sensibilizar a la sociedad (defensa de los derechos de los enfermos, campañas de promoción de donantes de sangre y donantes de órganos, campañas por mejorar los servicios y la estructura de la vida social a las condiciones de los minusválidos, etc… Son muchos las iniciativas posibles (mesas redondas, gestiones ante el ayuntamiento, etc…

F) Coordinar la Pastoral de la Salud

La Pastoral de la salud parroquial ha de servir de encuentro, comunicación y coordinación de las personas y grupos cristianos que, dentro del ámbito de la parroquia, se interesan por promover acciones de servicio y asistencia al enfermo. En nuestra parroquia, no solamente existe el grupo de Pastoral de la Salud, sino también otras presencias, como la comunidad religiosa Hijas de la Caridad y la Hospitalidad de Lourdes.

La Pastoral Parroquial de la salud debe ayudar a aunar fuerzas, sin trabajar de manera dispersa y aislada, cada uno por su cuenta y sin relacionarse con los demás. No se trata de ahogar actividades de otros o monopolizar la atención a los enfermos. Hay que respetar la autonomía y peculiaridad de cada servicio. Lo importante es mantener buena relación y colaborar juntos para responder mejor a las necesidades de los enfermos. Presentamos un amplio elenco de tareas. No quiere decir que haya que hacerlo todo y desde ahora. Conviene, sin embargo, ver con amplitud nuestro quehacer, no para desanimamos, sino para estimulamos.

4. Riesgos que hay que evitar

* Descuidar la formación y la espiritualidad

* Que el equipo se quede aislado dentro del conjunto de la parroquia.

* La improvisación, dispersión o particularismos.

* Falta de realismo, análisis insuficiente de la realidad concreta, de la situación y de las necesidades de los enfermos a los que puede ayudar la parroquia.                                        

* Descuidar los aspectos de convivencia, colaboración y ambiente de pequeña comunidad cristiana que deben formar los miembros del equipo.

* Convertirse en un equipo amorfo, pasivo, sin un animador – responsable que convoque y que estimule y fortalezca las relaciones de los miembros, creando un clima de convivencia e intercambio de inquietudes y sugerencias.

* No cuidar a sus miembros en sus limitaciones y cansancios, decepciones o fatigas.

5. Mapa pastoral parroquial de los visitadores de enfermos

Para una mejor organización y para facilitar el acompañamiento y las visitas a los enfermos necesitamos dotarnos de un instrumento interno, mapa de división por zonas de nuestra parroquia , para planificar, organizar, y facilitar la visita a los enfermos en sus casas. En cada zona parroquial existirá un equipo de pastoral de la salud, coordinado por un responsable,

Los animadores de las zonas formarán la Coordinadora General de la Pastoral de la Salud y mantendrán reuniones periódicas con el animador general de la pastoral de la salud, cuantas se crean convenientes para ultimar el Mapa de la salud, situación de los enfermos, acompañamiento de las familias, agenda de información… y necesidades urgentes etc… así como tener informado puntualmente al párroco de la realidad concreta de cada enfermo para una mejor y detallada asistencia espiritual. Todos los visitadores de enfermos tendrán una reunión mensual para la formación, oración y saber hacer, en su delicada misión. A este espacio de encuentro lo llamaremos Encuentros Parroquiales de la Salud

6. Cuatro grupos pastorales para el acompañamiento de los enfermos

1º.- Visitadores de enfermos en su hogar familiar.

2º.- Enfermos ingresados en los hospitales. Coordinadores de las visitas a enfermos ingresados en los hospitales y enlace con la parroquia para informarnos de su situación concentra y realizar la respuesta pastoral más adecuada a cada enfermo y su familia.

3º.- Residencia de Ancianos.

   

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