EL EQUIPO PARROQUIAL DE
PASTORAL DE LA SALUD
Introducción
«Consideramos
imprescindible en estos momentos la constitución de equipos de Pastoral de la
salud en nuestra parroquia, para sensibilizar sobre su responsabilidad de los
enfermos a toda la comunidad parroquial, y para servir de cauce principal a su
acción pastoral en el campo de la salud y de la enfermedad. Por ello, el equipo
de pastoral de la salud no actúa a título particular, sino en nombre de toda la
comunidad parroquial. Su objetivo no es estimular la caridad individual de los
cristianos hacia los enfermos, sino promover el servicio sanador como un hecho
comunitario, es decir, como un compromiso real y efectivo de toda la parroquia.
Su presencia activa en la parroquia está orientada a ayudar a toda la comunidad
a vivir responsablemente el mandato sanador de Jesús y el servicio a los
enfermos.» (CONGRESO IGLESIA Y SALUD, 1994)
1.- Razón de ser del equipo de
pastoral de la salud
La pastoral de
la salud en la parroquia debe ser el cauce y la expresión de la caridad
pastoral de la comunidad hacia los enfermos. El servicio evangelizador de esta
pastoral no es sino el instrumento concreto que impulsa, coordina y lleva a
cabo la fraternidad y la solidaridad de toda la comunidad parroquial hacia los
enfermos. Los enfermos, miembros de la parroquia tienen múltiples necesidades y
éstas piden que se les atienda desde diversos carismas o modalidades de
servicio. El equipo, como estructura pastoral, da estabilidad y continuidad a
la pastoral parroquial y tiende a evitar las improvisaciones y la dispersión
individualista. Lo que hacen los visitadores o agentes de pastoral de la salud,
debe ser testimonio del amor fraterno no sólo de ellos, sino de toda la
parroquia. No se trata sólo de llevarles a los enfermos un
servicio evangelizador, también recibimos ayuda y colaboración de ellos.
“Los pobres y los enfermos nos evangelizan. “
2.- Rasgos y características de
los miembros del equipo de pastoral de la salud
1. El equipo lo forman personas: Con buena predisposición -carisma- hacia los enfermos y con alguna experiencia en su trato. Con viva inquietud evangélica y con sentido de iglesia. Con estilo participativo. Con dotes de creatividad y deseos de formación. No basta la buena voluntad y la generosidad, es necesaria la formación general sobre la vida cristiana, y específica en este campo de los enfermos, su mundo, su problemática, el trato y acompañamiento, el mundo sanitario y sus problemas e injusticias.
Que alimentan
su fe y su vida cristiana para no caer en el activismo como funcionarios sin
vida interior. Deben ser personas de oración y vida sacramental.
2. Personas
que se comprometen a: Compartir con otros la misión de asistir a los enfermos
en el nombre de Jesús y de la comunidad parroquial, sensibilizándose y
sensibilizando a los demás. Seguir un programa de formación. Aceptar cada uno
las responsabilidades que le correspondan y ayudar a los del grupo en las
diversas tareas. Estudiar y promover cuantas actividades vengan exigidas por
las necesidades de los enfermos. Hacer presente a la parroquia ante los
enfermos y servir de vehículo de integración de los mismos en ella. Colaborar
con los restantes equipos parroquiales en aquellas tareas que sean comunes
(Cáritas, Liturgia, Catequesis…) Trabajar en grupo con su animador y en
contacto con los equipos de pastoral de la salud de otras parroquias
(arciprestazgo, diócesis) y con las personas y organismos civiles que trabajan
a favor de los enfermos y la sanidad (Centros de salud , Cruz Roja etc…)
3. Tareas del equipo
Y ¿qué ha de
hacer el equipo de pastoral de la salud en la parroquia? ¿Cuál es su tarea?
Esta es la pregunta porque nos conviene ver con amplitud nuestro quehacer, no
para desanimarnos, sino para estimularnos.
A) Conocer
a los enfermos
1.- Antes que
nada, hemos de conocer los enfermos que hay dentro de la demarcación
parroquial. Luego veremos si hemos de hacer algo o no. Pero lo primero es
conocer la realidad. En primer lugar, hemos de conocer aquellos enfermos que
están en sus lugares de manera permanente: enfermos crónicos, minusválidos físicos,
sensoriales, psíquicos; disminuidos por accidente, paralíticos cerebrales, etc.
Y también ese sector cada vez mayor de ancianos enfermos, deteriorados,
disminuidos que viven encerrados en sus casas.
2.- Hemos de conocer también los enfermos aquejados por una enfermedad transitoria y que son trasladados a un centro sanitario. Conocer el Centro en el que están internados o su domicilio cuando están convalecientes. No hemos de olvidar aquellos enfermos que están internados de manera permanente (psiquiátrico, residencia de ancianos, etc.). No se trata de conocer sólo a los enfermos más cercanos a la parroquia, los practicantes, los conocidos, sino a todos los que sufren enfermedad o desvalimiento, sean creyentes o increyentes. Es importante conocer las necesidades o los problemas más urgentes de estos enfermos. Con frecuencia, a la enfermedad se unen otros problemas de carácter económico, familiar o personal. Naturalmente tenemos que conocer bien, sobre todo, a los enfermos más olvidados, más necesitados, más abandonados o marginados, los que están más solos, los que no tienen prácticamente a nadie.
Es también
conveniente conocer de cerca la Residencia de Ancianos de los Ferroviarios, las
consultas médicas, dispensarios, centros de salud que haya en nuestra
demarcación parroquial. Así pues la primera condición para actuar es conocer
bien la realidad de los enfermos de la parroquia. Un equipo de pastoral de la
salud bien informado y buen conocedor de la realidad es un equipo que puede
luego dar pasos importantes. 3.- Pero todo esto requiere un trabajo y una
organización. Señalarnos tres sugerencias:
a) el ir
creando dentro de la parroquia una red de colaboradores o enlaces que os pueden
mantener informados (por bloques, barrios, portales, etc…;
b) el ir
elaborando poco a poco un sencillo fichero con los enfermos crónicos de la
parroquia;
c) el cuidar
la relación con los centros sanitarios para conocer la situación de los cuidados
que se ofrecen y los sanitarios que de ellos se ocupan.
B) Acercarse
a los enfermos
El primer gesto de la comunidad parroquial ha de ser acercarse a estos enfermos y, de manera particular, a los más olvidados y necesitados. El equipo de pastoral de la salud son los que aseguran esta cercanía al enfermo. Se trata de acercar la comunidad parroquial al enfermo y acercar el enfermo creyente a la comunidad parroquial. Esta cercanía ha de ser una presencia amistosa, discreta, respetuosa. Que el enfermo sepa que no está olvidado. A veces puede suceder que lo más conveniente sea, no que el equipo de pastoral de la salud le visiten directamente, sino que se preocupen de que las personas más cercanas o amigas lo visiten y no lo abandonen. Acercarse a los enfermos significa visitarlos cuando están internados en un Centro, cuando están convalecientes en su casa; o cuando viven permanentemente en su domicilio su enfermedad crónica. Pero significa también hacerles llegar nuestra presencia de comunidad parroquial enviándoles nuestro saludo, llamando por teléfono, enviando alguna carta. No olvidarlos, sobre todo, a los que sabemos que están solos, desmoralizados, deprimidos, etc. Por otra parte, hay que acercar a la comunidad parroquial hacia el enfermo creyente, recordarlos en la eucaristía de la comunidad, llevarles la comunión, ayudarles a estar presentes en la parroquia en días señalados (Pascua, Pentecostés, Día del Enfermo). No hemos de olvidar la posibilidad de celebrar la Unción de los enfermos.
C) Servir
a los enfermos
Aquí no hay
reglas. La pastoral de la salud ha de estar muy atenta a cualquier necesidad de
los enfermos sean crónicos, sean temporales, estén en un centro sanitario o
residan en su casa. A veces, junto a los problemas que trae consigo la enfermedad,
se añaden otros problemas: necesidades materiales y económicas; personas que
necesitan orientación y asesoramiento; enfermos que necesitan ayuda para sus
desplazamientos o compañía para acudir a las consultas; gentes que no saben
defender sus derechos y será necesario ponerles en comunicación con la
asistente social de Caritas, etc. Otras veces son problemas morales: estados
depresivos; desaliento y desmoralización; abandono por parte de la familia;
soledad (no tener a nadie para la noche, para conversar o salir a pasear,
etc….) Otras veces, puede haber una necesidad espiritual: la presencia de un
sacerdote o de alguien que le ayude a afrontar su enfermedad, el diagnóstico
pesimista o la proximidad de la muerte. El equipo de pastoral de la salud parroquial
debe estar atento, ser sensible a toda esta problemática, reunirse para ver qué
se puede hacer, sobre todo, ante los enfermos más desvalidos y necesitados.
Aprender, poco a poco, con la experiencia a estar cerca de estos enfermos en
una actitud de servicio totalmente desinteresado.
D) Ayudar
a las familias
A veces es la
familia del enfermo la que necesita una presencia y una ayuda, más que el
enfermo mismo. Pensemos en esas familias agobiadas y agotadas por la tensión y
el dolor al ver que se prolonga la enfermedad de alguno de sus seres queridos,
sabiendo que no tiene remedio. Pensemos en esas familias con enfermos crónicos,
con hijos minusválidos…Muchas veces el acercamiento de los visitadores de
enfermos ha de ser a la familia. Ofrecer discretamente ayuda. Si hay
necesidades que requieren una asistencia social, comunicarlo a Cáritas de la
parroquia. Ofrecer ayuda para que puedan descansar también ellos, para que se
puedan desahogar. Muchas veces lo más indicado no es que nos acerquemos
nosotros directamente a esa familia que, tal vez, ni nos conoce. Lo importante
será que nosotros hagamos que otras personas más cercanas y allegadas (vecinos,
conocidos, compañeros, amigos) se acerquen y puedan ayudarles.
E) Sensibilizar
a la comunidad parroquial
Una de las tareas importantes de la pastoral de la salud es sensibilizar a la comunidad parroquial de cara a los enfermos. Preocuparse de que la parroquia no olvide a estos hombres y mujeres que sufren la enfermedad. El equipo de pastoral de la salud ha de preocuparse de llevar esta sensibilidad a la liturgia parroquial (que se ore por los enfermos, que se les lleve la Eucaristía, que se les recuerde en la predicación, que se celebre la Unción de Enfermos, etc…
Ha de llevar
también esta sensibilidad al campo de la catequesis y educación de la fe (que
los niños oigan hablar de los enfermos, que los jóvenes de confirmación se
sensibilicen ante estos problemas, que visiten alguna residencia). El equipo de
pastoral de la salud ha de cuidar de manera especial la celebración del Día del
Enfermo, la celebración de la Unción, el Día de la Parroquia, etc. Pueden ser
fechas importantes para sensibilizar a toda la parroquia. Naturalmente todo
esto requiere que el equipo de pastoral de la salud parroquial estén en
contacto con los sacerdotes, el equipo de liturgia, de catequesis, de juventud,
etc. Esta tarea de sensibilización no ha de reducirse al interior de la
comunidad parroquial. La pastoral de la salud ha de colaborar también en
sensibilizar a la sociedad (defensa de los derechos de los enfermos, campañas
de promoción de donantes de sangre y donantes de órganos, campañas por mejorar
los servicios y la estructura de la vida social a las condiciones de los
minusválidos, etc… Son muchos las iniciativas posibles (mesas redondas,
gestiones ante el ayuntamiento, etc…
F) Coordinar
la Pastoral de la Salud
La Pastoral de
la salud parroquial ha de servir de encuentro, comunicación y coordinación de
las personas y grupos cristianos que, dentro del ámbito de la parroquia, se
interesan por promover acciones de servicio y asistencia al enfermo. En nuestra
parroquia, no solamente existe el grupo de Pastoral de la Salud, sino también
otras presencias, como la comunidad religiosa Hijas de la Caridad y la
Hospitalidad de Lourdes.
La Pastoral
Parroquial de la salud debe ayudar a aunar fuerzas, sin trabajar de manera
dispersa y aislada, cada uno por su cuenta y sin relacionarse con los demás. No
se trata de ahogar actividades de otros o monopolizar la atención a los
enfermos. Hay que respetar la autonomía y peculiaridad de cada servicio. Lo
importante es mantener buena relación y colaborar juntos para responder mejor a
las necesidades de los enfermos. Presentamos un amplio elenco de tareas. No
quiere decir que haya que hacerlo todo y desde ahora. Conviene, sin embargo,
ver con amplitud nuestro quehacer, no para desanimamos, sino para estimulamos.
4. Riesgos que hay que evitar
* Descuidar la
formación y la espiritualidad
* Que el
equipo se quede aislado dentro del conjunto de la parroquia.
* La
improvisación, dispersión o particularismos.
* Falta de realismo, análisis insuficiente de la realidad concreta, de la situación y de las necesidades de los enfermos a los que puede ayudar la parroquia.
* Descuidar
los aspectos de convivencia, colaboración y ambiente de pequeña comunidad
cristiana que deben formar los miembros del equipo.
* Convertirse
en un equipo amorfo, pasivo, sin un animador – responsable que convoque y que
estimule y fortalezca las relaciones de los miembros, creando un clima de
convivencia e intercambio de inquietudes y sugerencias.
* No cuidar a
sus miembros en sus limitaciones y cansancios, decepciones o fatigas.
5. Mapa pastoral parroquial de
los visitadores de enfermos
Para una mejor
organización y para facilitar el acompañamiento y las visitas a los enfermos
necesitamos dotarnos de un instrumento interno, mapa de división por zonas de
nuestra parroquia , para planificar, organizar, y facilitar la visita a los
enfermos en sus casas. En cada zona parroquial existirá un equipo de pastoral
de la salud, coordinado por un responsable,
Los animadores
de las zonas formarán la Coordinadora General de la Pastoral de la Salud y
mantendrán reuniones periódicas con el animador general de la pastoral de la
salud, cuantas se crean convenientes para ultimar el Mapa de la salud,
situación de los enfermos, acompañamiento de las familias, agenda de
información… y necesidades urgentes etc… así como tener informado puntualmente
al párroco de la realidad concreta de cada enfermo para una mejor y detallada
asistencia espiritual. Todos los visitadores de enfermos tendrán una reunión
mensual para la formación, oración y saber hacer, en su delicada misión. A este
espacio de encuentro lo llamaremos Encuentros Parroquiales de la Salud
6. Cuatro grupos pastorales
para el acompañamiento de los enfermos
1º.-
Visitadores de enfermos en su hogar familiar.
2º.- Enfermos
ingresados en los hospitales. Coordinadores de las visitas a enfermos
ingresados en los hospitales y enlace con la parroquia para informarnos de su
situación concentra y realizar la respuesta pastoral más adecuada a cada
enfermo y su familia.
3º.-
Residencia de Ancianos.
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