sábado, 21 de diciembre de 2013

Tema 2. EL PAPEL DEL SARCH, A LA LUZ DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN.

1º EXPOSICIÓN SINTÉTICA:
Enmarcamos esta reflexión desde lo que nos dicen los Lineamenta de la XIII Asamblea General de obispos, sobre la nueva evangelización: "teniendo presente que la evangelización constituye el horizonte ordinario de la actividad de la Iglesia y del anuncio del Evangelio ad gentes (…) la nueva evangelización es más bien dirigida a aquellos que se han alejado de la Iglesia en los Países de antigua cristiandad" "La evangelización no empieza con la predicación, sino con la escucha. (…) Es una actitud, un estilo audaz. Es la capacidad de parte del cristianismo de saber leer y descifrar los nuevos escenarios, que en estas últimas décadas han surgido dentro de la historia humana, para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y de anuncio del Evangelio
". Esto es, se trata de revisar cómo estamos acercando el Evangelio a todos aquellos que, habiendo tenido algún contacto con él, hoy están alejados.
Por eso, éste puede convertirse en un momento privilegiado para hacer un camino de discernimiento personal y comunitario acerca de los objetivos, actitudes, temas y métodos pastorales que son esenciales para un futuro de la pastoral hospitalaria más fiel al Evangelio y que llegue mucho más al corazón de las personas.
Se nos decía en el Documento
Asistencia Religiosa Hospitalaria: "La presencia de la Iglesia en el mundo del hospital se realiza en el contexto actual de nuestra sociedad, en la que se constata un progresivo avance de la secularización. Por diversos motivos, en nuestra sociedad, de vieja tradición cristiana, se está necesitando una "nueva evangelización". Hoy no hay que dar por supuesta la fe de los bautizados. La Iglesia se sitúa como comunidad en medio de la sociedad, ofreciendo el evangelio, respetando la libertad. Al fin y al cabo, como Cristo, que "
dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza" (DH 11). En la debilidad de la libertad, reconociendo la autonomía de lo temporal (GS 36) y el legítimo pluralismo social (GS 75) y religioso (DH 9), la Iglesia ofrece el servicio del Evangelio en medio de un mundo que aspira a la salud y a la vida". (ARH, 43) "Por medio del "servicio de asistencia religiosa" la Iglesia católica y la Institución hospitalaria garantizan el derecho a la asistencia religiosa de los enfermos internados, sus familiares y cuidadores, haciendo de ella un factor terapéutico integrado en el conjunto de la asistencia hospitalaria". (ARH, 44)
"Se hace presente en el marco hospitalario, acompaña a los miembros de la comunidad cristiana y entra en contacto con los enfermos no creyentes para anunciar a todos ellos con gestos y palabras la Buena Nueva del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús". (ARH, 45)
"Tiene como destinatarios principales a los enfermos católicos del centro y a sus familiares, a los que trata de ayudar a vivir el sentido cristiano de la enfermedad, la curación, el sufrimiento o la muerte desde la fe y de asesorar en los problemas éticos. (…) se siente cercano a los enfermos de otras confesiones y les brinda su colaboración fraternal para poder ser atendidos espiritualmente por sus respectivos ministros. Igualmente, está abierto a los demás enfermos del centro, que libre y espontáneamente soliciten su ayuda, y les ofrece su presencia respetuosa, amiga y fraternal". (ARH, 46)
"El servicio se dirige también a todo el personal sanitario del centro, especialmente al católico, colabora con él, desde su propia identidad, en la atención integral al enfermo, le apoya en su tarea, comparte con él los problemas éticos que se plantean en el ejercicio de su profesión y le ofrece su ayuda desinteresada". (ARH, 47)
"El servicio se dirige a la misma Institución hospitalaria para contribuir a la asistencia integral del enfermo y colaborar en la común tarea de humanizar la asistencia al enfermo desde el mensaje evangélico". (ARH, 48)

2º PARA IDENTIFICAR NUESTRA REALIDAD:
Después de lo presentado, ¿qué aspecto de la misión pastoral del SARCH está menos atendido, según vosotros? (podéis profundizar en estos aspectos en el ARH, nº39-144) En el test en que se recogió vuestro parecer, en la pregunta 14, se mostraba lo que creéis que valora más la gente sobre el Servicio religioso, ¿estamos ofreciendo a la gente lo que necesitan? (Podéis ponerlo en relación con las respuestas de la pregunta 25).
3º PARA REFLEXIONAR DESDE LOS VALORES EVANGÉLICOS:
"Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio!" (1 Co 9, 16) «
No sería inútil que cada cristiano y cada evangelizador examinasen en profundidad, a través de la oración, este pensamiento: los hombres podrán salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero ¿podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergüenza –lo que San Pablo llamaba avergonzarse del Evangelio–, o por ideas falsas omitimos anunciarlo?» (EN,80). Nos dice el Congreso "Iglesia y salud" ponencia 2ª, pág. 149-150: "Si queremos evangelizar el mundo de los enfermos desde la clave sanadora de Jesús, hemos de superar una actitud de servicio puramente sacramental o de asistencia ‘a bien morir’, para adoptar una postura más integral, orientada a ofrecer la salvación de Jesucristo desplegando toda la fuerza, el sentido y la esperanza que en él se encierran para vivir la salud que se posee, la enfermedad cuando se presenta y la muerte al llegar la hora.
La nueva evangelización ha de impulsar en el mundo de la enfermedad todo aquello que puede encarnar y prolongar hoy en nuestra sociedad el servicio sanador de Cristo: la defensa de la salud y el bien del enfermo; la lucha contra la enfermedad, sus causas y consecuencias; la colaboración en la atención integral al enfermo en todas sus necesidades; la ayuda a la familia que sufre las consecuencias; la solidaridad de la comunidad cristiana en el mundo de la salud (donación de sangre, trasplante de órganos,…); la colaboración para que las estructuras, instituciones y técnicas sanitarias estén al servicio del enfermo y no de otros intereses; la defensa de los derechos del enfermo; la denuncia de las injusticias y abusos en el mundo sanitario; la humanización progresiva de la asistencia al enfermo; el cuidado en la fase terminal.
Este cambio de perspectiva no significa minusvalorar la celebración de los sacramentos de los enfermos, sino saber situarlos dentro de esa acción pastoral más amplia, inspirada por el servicio integral al enfermo, como los signos más expresivos de una comunidad creyente que desea, pide y busca para el enfermo la salvación total".
(interesante leer las páginas 147-152 del texto del Congreso "Iglesia y salud")
4º PARA EMPRENDER CONDICIONES DE CAMBIO:

¿Qué finalidad tiene, y cuál puede desempeñar en estos momentos el SARCH, en el contexto hospitalario en el que trabajáis día a día? Para ello, ¿cuáles deben ser los destinatarios en los que tenemos que volcar más energías? Desde este nuevo panorama estudiado en el tema anterior, ¿qué dimensiones debemos priorizar? (Se envían al Departamento sólo las respuestas a este último apartado

MENSAJE DEL PAPA, XXII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO 2014

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON OCASIÓN DE LA XXII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO 2014
Fe y caridad: «También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1 Jn 3,16)

Queridos hermanos y hermanas:
1. Con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo, que este año tiene como tema Fe y caridad: «También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1 Jn 3,16), me dirijo particularmente a las personas enfermas y a todos los que les prestan asistencia y cuidado. Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en vosotros una presencia especial de Cristo que sufre. En efecto, junto, o mejor aún, dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su sentido. Cuando el Hijo de Dios fue crucificado, destruyó la soledad del sufrimiento e iluminó su oscuridad. De este modo, estamos frente al misterio del amor de Dios por nosotros, que nos infunde esperanza y valor: esperanza, porque en el plan de amor de Dios también la noche del dolor se abre a la luz pascual; y valor para hacer frente a toda adversidad en su compañía, unidos a él.
2.  El Hijo de Dios hecho hombre no ha eliminado de la experiencia humana la enfermedad y el sufrimiento sino que, tomándolos sobre sí, los ha transformado y delimitado. Delimitado, porque ya no tienen la última palabra que, por el contrario, es la vida nueva en plenitud; transformado, porque en unión con Cristo, de experiencias negativas, pueden llegar a ser positivas. Jesús es el camino, y con su Espíritu podemos seguirle. Como el Padre ha entregado al Hijo por amor, y el Hijo se entregó por el mismo amor, también nosotros podemos amar a los demás como Dios nos ha amado, dando la vida por nuestros hermanos. La fe en el Dios bueno se convierte en bondad, la fe en Cristo Crucificado se convierte en fuerza para amar hasta el final y hasta a los enemigos. La prueba de la fe auténtica en Cristo es el don de sí, el difundirse del amor por el prójimo, especialmente por el que no lo merece, por el que sufre, por el que está marginado.
3. En virtud del Bautismo y de la Confirmación estamos llamados a configurarnos con Cristo, el Buen Samaritano de todos los que sufren. «En esto hemos conocido lo que es el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). Cuando nos acercamos con ternura a los que necesitan atención, llevamos la esperanza y la sonrisa de Dios en medio de las contradicciones del mundo. Cuando la entrega generosa hacia los demás se vuelve el estilo de nuestras acciones, damos espacio al Corazón de Cristo y el nuestro se inflama, ofreciendo así nuestra aportación a la llegada del Reino de Dios.
4. Para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos. María, animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de sí misma y se encamina rápidamente de Galilea a Judá para encontrar y ayudar a su prima Isabel; intercede ante su Hijo en las bodas de Caná cuando ve que falta el vino para la fiesta; a lo largo de su vida, lleva en su corazón las palabras del anciano Simeón anunciando que una espada atravesará su alma, y permanece con fortaleza a los pies de la cruz de Jesús. Ella sabe muy bien cómo se sigue este camino y por eso es la Madre de todos los enfermos y de todos los que sufren. Podemos recurrir confiados a ella con filial devoción, seguros decque nos asistirá, nos sostendrá y no nos abandonará. Es la Madre del crucificado resucitado: permanece al lado de nuestras cruces y nos acompaña en el camino hacia la resurrección y la vida plena.
5. San Juan, el discípulo que estaba con María a los pies de la Cruz, hace que nos remontemos a las fuentes de la fe y de la caridad, al corazón de Dios que «es amor» (1 Jn 4,8.16), y nos recuerda que no podemos amar a Dios si no amamos a los hermanos. El que está bajo la cruz con María, aprende a amar como Jesús. La Cruz  es «la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos… La Cruz de Cristo invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda» (Via Crucis con los jóvenes, Río de Janeiro, 26 de julio de 2013).
Confío esta XXII Jornada Mundial del Enfermo a la intercesión de María, para que ayude a las personas enfermas a vivir su propio sufrimiento en comunión con Jesucristo, y sostenga a los que los cuidan. A todos, enfermos, agentes sanitarios y voluntarios, imparto de corazón la Bendición Apostólica.
Vaticano, 6 de diciembre de 2013
FRANCISCO

viernes, 20 de diciembre de 2013

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES EN LA XXVIII CONFERENCIA INTERNACIONAL
ORGANIZADA POR EL CONSEJO PONTIFICIO PARA LOS AGENTES SANITARIOS
(PARA LA PASTORAL DE LA SALUD)
Aula Pablo VI
Sábado 23 de noviembre de 2013
  Queridos hermanos y hermanas:
¡Gracias por vuestra acogida! Os saludo cordialmente a todos.
Desearía repetir hoy que las personas ancianas han sido siempre protagonistas en la Iglesia, y lo son todavía. Hoy más que nunca la Iglesia debe dar ejemplo a toda la sociedad del hecho que ellas, a pesar de los inevitables «achaques», a veces incluso serios, son siempre importantes, es más, indispensables. Ellas llevan consigo la memoria y la sabiduría de la vida, para transmitirlas a los demás, y participan a pleno título en la misión de la Iglesia. Recordemos que la vida humana conserva siempre su valor a los ojos de Dios, más allá de toda visión discriminante.
La prolongación de las expectativas de vida, introducida a lo largo del siglo XX, comporta que un número creciente de personas sufre patologías neurodegenerativas, a menudo acompañadas por un deterioro de las capacidades cognitivas. Estas patologías asedian el mundo socio-sanitario tanto en el aspecto de la investigación como en el de la asistencia y la atención en los centros socio-asistenciales, así como también en la familia, que sigue siendo el lugar privilegiado de acogida y de cercanía.
Es importante el apoyo de ayudas y de servicios adecuados, orientados al respeto de la dignidad, de la identidad, de las necesidades de la persona asistida, pero también de quienes les asisten, familiares y agentes profesionales. Esto es posible sólo en un contexto de confianza y en el ámbito de una relación mutuamente respetuosa. Así vivida, la experiencia de los cuidados se convierte en una experiencia muy rica tanto profesional como humanamente; en caso contrario, llega a ser mucho más semejante a la sencilla y fría «tutela física».
Se hace necesario, por lo tanto, comprometerse en favor de una asistencia que, junto al tradicional modelo biomédico, se enriquezca con espacios de dignidad y de libertad, lejos de la cerrazón y de los silencios, la tortura de los silencios. El silencio, muchas veces se transforma en una tortura. Estas cerrazones y silencios que con demasiada frecuencia rodean a las personas en ámbito asistencial. En esta perspectiva quisiera subrayar la importancia del aspecto religioso y espiritual. Es más, ésta es una dimensión que sigue siendo vital incluso cuando las capacidades cognitivas se reducen o se pierden. Se trata de poner en práctica un especial acercamiento pastoral para acompañar la vida religiosa de las personas ancianas con graves patologías degenerativas, con formas y contenidos diversificados, porque, en cualquier caso, su mente y su corazón no interrumpen el diálogo y la relación con Dios.
Desearía terminar con un saludo a los ancianos. Queridos amigos, vosotros no sois sólo destinatarios del anuncio del mensaje evangélico, sino que sois siempre, a pleno título, también anunciadores en virtud de vuestro Bautismo. Vosotros podéis vivir cada día como testigos del Señor, en vuestras familias, en la parroquia y en los demás ambientes que frecuentáis, haciendo conocer a Cristo y su Evangelio, especialmente a los más jóvenes. Recordad que fueron dos ancianos quienes reconocieron a Jesús en el Templo y lo anunciaron con alegría y con esperanza. Os encomiendo a todos a la protección de la Virgen, y os doy las gracias de corazón por vuestras oraciones. Ahora, todos juntos, recemos a la Virgen por todos los agentes sanitarios, los enfermos, los ancianos, y luego recibimos la bendición (Avemaría...).

¡ FELIZ NAVIDAD !











viernes, 13 de diciembre de 2013

Tema 3. Dificultades de los agentes pastorales y de los SARCH, y retos para el futuro.

1º EXPOSICIÓN SINTÉTICA:

Las dificultades con las que hoy nos encontramos en la tarea pastoral son muchas:
Las Orientaciones del documento ARH (nos. 50.53-55.62) nos apuntan algunas como: la gran cantidad de personas a visitar, el activismo, el riesgo de la rutina, la falta de formación, la no-programación que lleva a la improvisación, la tentación de ocultarse tras el rol religioso-sacramental, el dogmatismo, el juicio,…
También se apuntaban por parte de todos vosotros, en la Encuesta de Capellanes y SARCH, otras dificultades con las que os encontráis en el día a día (preg. 18 y 37), tales como: las dificultades que pone la familia para el encuentro con el enfermo, los prejuicios o la indiferencia religiosa, el no encontrar tiempo e intimidad para el diálogo con el enfermo, el secularismo y la poca valoración de lo religioso,…
Y por parte de los miembros del SARCH: el sufrimiento y muerte con que te encuentras y el peligro del burnout, lo ‘atado’ que es por los horarios, noches, guardias; la poca valoración, la remuneración, las cada vez más tareas diocesanas, la poca estima diocesana sobre esta tarea pastoral,…
Todo ello puede producir desmotivación, cansancio, abandono,…
También el Papa Francisco nos hace una radiografía de la sociedad con la que nos encontramos y de los agentes pastorales que creo que es digna de reflexionar (
Evangelii Gaudium, 76-109): el individualismo, la crisis de identidad, la caída del fervor, la tristeza pastoral, el pesimismo, el complejo de inferioridad,…
Esto es una radiografía amplia. Ahora toca plasmarla en tu/vuestra realidad.

2º PARA IDENTIFICAR NUESTRA REALIDAD:

Después de lo reflexionado, ¿qué dificultades concretas encontráis en vuestro entorno a nivel pastoral y del SARCH?
¿Y qué dificultades personales están más presentes en ti y en los miembros de tu equipo pastoral hospitalario?

3º PARA REFLEXIONAR DESDE LOS VALORES EVANGÉLICOS:

"A veces nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo que habría que hacer» —el pecado del «habriaqueísmo»— como maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde afuera. Cultivamos nuestra imaginación sin límites y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel.
Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no
aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. ¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios. ¡No nos dejemos robar el Evangelio!". (
Evangelii Gaudium, 96-97)
"Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor: ayudan a tanta gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales, o acompañan personas esclavizadas por diversas adicciones en los lugares más pobres de la tierra, o se desgastan en la educación de niños y jóvenes, o cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de comunicar valores en ambientes hostiles, o se entregan de muchas otras maneras que muestran ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre.
Agradezco el hermoso ejemplo que me dan tantos cristianos que ofrecen su vida y su tiempo con alegría. Ese testimonio me hace mucho bien y me sostiene en mi propio deseo de superar el egoísmo para entregarme más". (
Evangelii Gaudium, 76)

4º PARA EMPRENDER CONDICIONES DE CAMBIO:

Comparte con la Iglesia española vuestros problemas y dificultades pastorales, más comunes.
A partir de éstos, ¿qué retos nos deberíamos plantear para ayudar personalmente a los miembros de los SARCH y pastoralmente a los equipos?
(
Tema 2. EL PAPEL DEL SARCH, A LA LUZ DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN.

1º EXPOSICIÓN SINTÉTICA:

Enmarcamos esta reflexión desde lo que nos dicen los
Lineamenta de la XIII Asamblea General de obispos, sobre la nueva evangelización: "teniendo presente que la evangelización constituye el horizonte ordinario de la actividad de la Iglesia y del anuncio del Evangelio ad gentes (…) la nueva evangelización es más bien dirigida a aquellos que se han alejado de la Iglesia en los Países de antigua cristiandad"
"La evangelización no empieza con la predicación, sino con la escucha. (…) Es una actitud, un estilo audaz. Es la capacidad de parte del cristianismo de saber leer y descifrar los nuevos escenarios, que en estas últimas décadas han surgido dentro de la historia humana, para habitarlos y transformarlos en lugares de testimonio y de anuncio del Evangelio".
Esto es, se trata de revisar cómo estamos acercando el Evangelio a todos aquellos que, habiendo tenido algún contacto con él, hoy están alejados.
Por eso, éste puede convertirse en un momento privilegiado para hacer un camino de discernimiento personal y comunitario acerca de los objetivos, actitudes, temas y métodos pastorales que son esenciales para un futuro de la pastoral hospitalaria más fiel al Evangelio y que llegue mucho más al corazón de las personas.
Se nos decía en el Documento
Asistencia Religiosa Hospitalaria: "La presencia de la Iglesia en el mundo del hospital se realiza en el contexto actual de nuestra sociedad, en la que se constata un progresivo avance de la secularización. Por diversos motivos, en nuestra sociedad, de vieja tradición cristiana, se está necesitando una "nueva evangelización". Hoy no hay que dar por supuesta la fe de los bautizados.
La Iglesia se sitúa como comunidad en medio de la sociedad, ofreciendo el evangelio, respetando la libertad. Al fin y al cabo, como Cristo, que "
dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza" (DH 11). En la debilidad de la libertad, reconociendo la autonomía de lo temporal (GS 36) y el legítimo pluralismo social (GS 75) y religioso (DH 9), la Iglesia ofrece el servicio del Evangelio en medio de un mundo que aspira a la salud y a la vida". (ARH, 43)
"Por medio del "servicio de asistencia religiosa" la Iglesia católica y la Institución hospitalaria garantizan el derecho a la asistencia religiosa de los enfermos internados, sus familiares y cuidadores, haciendo de ella un factor terapéutico integrado en el conjunto de la asistencia hospitalaria". (ARH, 44)
"Se hace presente en el marco hospitalario, acompaña a los miembros de la comunidad cristiana y entra en contacto con los enfermos no creyentes para anunciar a todos ellos con gestos y palabras la Buena Nueva del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús". (ARH, 45)
"Tiene como destinatarios principales a los enfermos católicos del centro y a sus familiares, a los que trata de ayudar a vivir el sentido cristiano de la enfermedad, la curación, el sufrimiento o la muerte desde la fe y de asesorar en los problemas éticos. (…) se siente cercano a los enfermos de otras confesiones y les brinda su colaboración fraternal para poder ser atendidos espiritualmente por sus respectivos ministros. Igualmente, está abierto a los demás enfermos del centro, que libre y espontáneamente soliciten su ayuda, y les ofrece su presencia respetuosa, amiga y fraternal". (ARH, 46)
"El servicio se dirige también a todo el personal sanitario del centro, especialmente al católico, colabora con él, desde su propia identidad, en la atención integral al enfermo, le apoya en su tarea, comparte con él los problemas éticos que se plantean en el ejercicio de su profesión y le ofrece su ayuda desinteresada". (ARH, 47)
"El servicio se dirige a la misma Institución hospitalaria para contribuir a la asistencia integral del enfermo y colaborar en la común tarea de humanizar la asistencia al enfermo desde el mensaje evangélico". (ARH, 48)

2º PARA IDENTIFICAR NUESTRA REALIDAD:
Después de lo presentado, ¿qué aspecto de la misión pastoral del SARCH está menos atendido, según vosotros? (podéis profundizar en estos aspectos en el ARH, nº39-144)
En el test en que se recogió vuestro parecer, en la pregunta 14, se mostraba lo que creéis que valora más la gente sobre el Servicio religioso, ¿estamos ofreciendo a la gente lo que necesitan? (Podéis ponerlo en relación con las respuestas de la pregunta 25).

3º PARA REFLEXIONAR DESDE LOS VALORES EVANGÉLICOS:

"Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio!"
(1 Co 9, 16)
«
No sería inútil que cada cristiano y cada evangelizador examinasen en profundidad, a través de la oración, este pensamiento: los hombres podrán salvarse por otros caminos, gracias a la misericordia de Dios, si nosotros no les anunciamos el Evangelio; pero ¿podremos nosotros salvarnos si por negligencia, por miedo, por vergüenza –lo que San Pablo llamaba avergonzarse del Evangelio–, o por ideas falsas omitimos anunciarlo?» (EN,80).
Nos dice el Congreso "Iglesia y salud" ponencia 2ª, pág. 149-150: "Si queremos evangelizar el mundo de los enfermos desde la clave sanadora de Jesús, hemos de superar una actitud de servicio puramente sacramental o de asistencia ‘a bien morir’, para adoptar una postura más integral, orientada a ofrecer la salvación de Jesucristo desplegando toda la fuerza, el sentido y la esperanza que en él se encierran para vivir la salud que se posee, la enfermedad cuando se presenta y la muerte al llegar la hora.
La nueva evangelización ha de impulsar en el mundo de la enfermedad todo aquello que puede encarnar y prolongar hoy en nuestra sociedad el servicio sanador de Cristo: la defensa de la salud y el bien del enfermo; la lucha contra la enfermedad, sus causas y consecuencias; la colaboración en la atención integral al enfermo en todas sus necesidades; la ayuda a la familia que sufre las consecuencias; la solidaridad de la comunidad cristiana en el mundo de la salud (donación de sangre, trasplante de órganos,…); la colaboración para que las estructuras, instituciones y técnicas sanitarias estén al servicio del enfermo y no de otros intereses; la defensa de los derechos del enfermo; la denuncia de las injusticias y abusos en el mundo sanitario; la humanización progresiva de la asistencia al enfermo; el cuidado en la fase terminal.
Este cambio de perspectiva no significa minusvalorar la celebración de los sacramentos de los enfermos, sino saber situarlos dentro de esa acción pastoral más amplia, inspirada por el servicio integral al enfermo, como los signos más expresivos de una comunidad creyente que desea, pide y busca para el enfermo la salvación total".
(interesante leer las páginas 147-152 del texto del Congreso "Iglesia y salud")

4º PARA EMPRENDER CONDICIONES DE CAMBIO:
¿Qué finalidad tiene, y cuál puede desempeñar en estos momentos el SARCH, en el contexto hospitalario en el que trabajáis día a día?
Para ello, ¿cuáles deben ser los destinatarios en los que tenemos que volcar más energías?
Desde este nuevo panorama estudiado en el tema anterior, ¿qué dimensiones debemos priorizar?


martes, 3 de diciembre de 2013

TEMA 6. Enviados a los enfermos por la Iglesia


TEMA 6.ENVIADOS A LOS ENFERMOS POR LA IGLESIA

    Somos <<enviados>> a los enfermos  <<por la Iglesia>>.

   En primer lugar, somos <<enviados>>. Nadie se envía si mismo. Los visitadores de enfermos somos enviados por el obispo o su representante, si se trata de un equipo de un establecimiento hospitalario o de una residencia de ancianos, y por el sacerdote responsable, si se trata de visitar a los enfermos en sus casas.

    Más concreto, somos enviados, <<por la Iglesia>>, el Pueblo del que formamos parte. No voy a visitar a un enfermo a título personal. A través de mí, es, en efecto, Jesucristo, por su Iglesia, el que atiende, escucha y ama al enfermo.

    El saber que nuestra visita compromete a la Iglesia debe dar a nuestros contactos con los enfermos una mayor seriedad, apertura y respeto, así como fidelidad y constancia.

He de responder ante la Iglesia.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO:

  1. Soy visitador de enfermos. ¿Me he lanzado solo a esta aventura, o he consultado con el sacerdote de la parroquia, con el capellán del establecimiento sanitario, o con otros cristianos ya comprometidos en esta misión?

  1. ¿Soy consciente de que no visito a los enfermos en mi propio nombre sino en nombre de la Iglesia? ¿Qué consecuencias entraña esta convicción para mí, especialmente en lo que concierne a la calidad de mis visitas y, por lo tato, a mi formación?

  1. Cuando se es enviado, se <<rinden cuentas>>. ¿Existe una instancia de reflexión y de intercambio en la que me encuentro con otras personas que comparten la misma misión?

  1. ¿Hemos pensado en invitar a otros cristianos a unirse a nosotros en determinados momentos (oración, celebraciones…)? ¿Cómo han reaccionado? ¿Hemos hablado de sus vivencias?

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

  • Juan 15,1-8:La vid

v. 5: <<Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos>>. Hay muchas ramas en una cepa, pero todas están unidas a ella. También nosOtros necesitamos permanecer <<en El>>, Porque sin El no daremos frutos que permanezcan.

  • Otros textos

-         Jn 20,21: <<Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros>>.
-         Lc 9, 1-6: <<Los apóstoles se marcharon y fueron recorriendo las aldeas, anunciando el Evangelio y curando por todas partes>>.
-         1 Cor 12, 12-22: <<Todos los miembros del cuerpo, por muchos que sean, no forman más que un cuerpo>>.

ORACIÓN

Señor, ¿cómo no pensar
que todos tenemos nuestra propia vocación en la Iglesia?
Todos estamos llamados a la santidad,
todos estamos llamados a comunicar nuestra fe,
a ser misioneros, dondequiera  que vivamos.
En el difícil caminar de la Iglesia actual,
guárdanos de lamentarnos,
de criticar la falta de vocaciones,
o la crisis de esto o de aquello.

Haz, más bien, que carguemos con nuestra parte
de la carga de la Iglesia para nacer y para animar.
Abre nuestra inteligencia y nuestros corazones
a los impulsos de tu Espíritu,
para que la Iglesia encuentre las formas adecuadas
y los constructores necesarios.
Si todos nos sintiésemos más responsables
en tu Iglesia, estaría más viva
 que las vocaciones nacerían.

                             Félix Lacambre

TEMA 5. Visitar a los enfermos::en nombre del Evangelio

TEMA 5.VISITAR A LOS ENFERMOS: <<EN NOMBRE DEL EVANGELIO>>

    ¿Quién de nosotros, cuando está enfermo, no se alegra de recibir la visita de un amigo o de una amiga? La visita del amigo es un rayo de luz en la noche de la prueba. Y cuando nos enteramos de que alguno de nuestros amigos está enfermo; ¿no nos damos prisa para testimoniarle nuestro afecto, visitándole?.

    Visitar a una persona enferma <<en nombre del Evangelio>> es todo eso , pero transfigurado por la Buena Noticia que para nosotros ha sido la visita del mismo Dios, Dios de Ternura y de Misericordia, Dios de Amor y de Fidelidad.

    Visitar un enfermo en nombre de esta Buena Noticia es saberse acompañado por el mismo Jesús, habitado por El, por su ternura y su compasión. Es redescubrir también, en el encuentro con el enfermo, que el Resucitado nos ha precedido ya y que su Espíritu actúa ya en el corazón del que sufre.

    También María fue visitada por el ángel…<<Dios te salve, el Señor está contigo. El Espíritu Santo te cubrirá con su sombra>>. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, ahora y en la hora de nuestra muerte.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO:

  1. Visitar a los enfermos en nombre del Evangelio…¿En qué nos diferenciamos de otros grupos de visitadores no creyentes o creyentes de otras religiones?

  1. Visitar a los enfermos <<en nombre del Evangelio>>…¿Cómo nos comportamos ante los enfermos no creyentes o de otras religiones?

  1. Visitar a los enfermos cristianos << en nombre del Evangelio>>…¿Cómo vivimos la gracia común de nuestro bautismo en la situación particular de este tiempo de enfermedad?.

  1. Visitar a un enfermo que vive su fe cristiana…¿Cómo nos ayudamos mutuamente a crecer en la fe, la esperanza y el amor, repitiendo así la experiencia de los discípulos de Emaús, cuyo corazón “ardía” con la presencia del Señor?.

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

  • Lc 4, 18-22: Jesús en la sinagoga de Nazaret

-         <<El Espíritu del Señor está sobre mí…>>.
-         <<…Para anunciar la Buena Noticia  a los pobres…>>.
-         << Hoy se ha cumplido, ante vosotros, esta profecía>>.
-         <<Todos asentían y se admiraban de las palabras que acababa de pronunciar. Comentaban:
-         <<¿No es éste el hijo de José?>>.

  • Otros textos

-         Mc 6,7:<<Los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos>>.
-         Lc 9,6:>Los apóstoles se marcharon y fueron recorriendo las aldeas, anunciando el Evangelio y curando por todas partes>>.
-         Hch 3, 1-10:<<No tengo plata ni oro; pero te doy lo que tengo; en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar>>.
-         1 Jn 1,1-1:<<Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos también a vosotros, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros>>.

ORACIÓN

                                                        <<Estaba enfermo y me visitasteis>>  Mt 25, 36
Tú, Señor, no cesas de visitarnos.
Ayúdanos a saber visitar
a los que están en la prueba.

Tú, Señor, no cesas de darnos
gratuitamente.
Enséñanos a dar grátis.

Enséñanos a encontrar al hombre
que tiene hambre de verdad…
Que sepamos conducirle
a la Fuente de tu Palabra.

Ayúdanos, Señor,
a calmar a los condenados por su propio corazón,
y a revelarles que Tú eres más grande
que tu corazón.

Que nuestra presencia a su lado
les manifieste
que cuentan mucho para ti.

Y cuando hayamos hecho
todo lo que teníamos que hacer,
enséñanos a decir:
<<Siervos inútiles somos,
hemos hecho solamente
lo que teníamos que hacer>>.

¡Gloria sólo a Ti, Señor, Dios nuestro!
Amén                                                             Jean-Pierre Franclaire

TEMA 4. Visitar a los enfermos: el visitador a prueba

TEMA 4.VISITAR A LOS ENFERMOS: EL VISITADOR A PRUEBA

    El enfermo que visitamos no puede ser un <<extraño>> para nosotros durante mucho tiempo. Muy pronto su vivencia nos va a remitir a nuestra propia vida, zarandeando y perturbando nuestra propia imagen…

    La enfermedad, ya sea física o psicológica, amenaza la integridad de la persona, desarma al que la padece y pone a prueba la seguridad del que la contempla. Los dos, desamparados ante lo inesperado, están preocupados, lo reconozcan o no. La enfermedad zarandea nuestra jerarquía de valores y cuestiona nuestras certezas. Pone en duda nuestras evidencias y trastorna nuestras ideas preconcebidas.

    La crisis que vive el enfermo nos recuerda también nuestros límites, nuestras fragilidades y, finalmente, nuestra propia muerte. Para encontrarnos de verdad con un enfermo, necesitamos plantearnos seriamente nuestros propios interrogantes esenciales. También nosotros entramos en crisis y somos puestos a prueba.

    Para ayudar a la persona a la que visitamos a pasar mejor su tiempo de enfermedad, y para no perdernos con ella en la tempestad, es tremendamente importante haber podido identificar nuestros propios miedos. Es importante, que tengamos la paz suficiente para poder vivir confiados en Aquel que calma la tempestad y nos dice: <<¿por qué teméis, hombres de poca fe?>>.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO:

  1. Recordar algún encuentro con enfermos que me haya impresionado y trastornado…
-         ¿Cómo fue exactamente? ¿Qué sentí?
-         ¿Cómo reaccioné? ¿Con el silencio, la huída, con una catarata de palabra que intentaban explicar y tranquilizar? ¿De otra manera?

  1. ¿Cómo viví aquel determinado acompañamiento de larga duración durante el cual el enfermo pasó por momentos de rebeldía, de mutismo, de depresión o de ilusiones en relación con su enfermedad?
-         ¿Qué medios utilicé para <<aguantar>> y compartir lo que esta persona vivía?
-         ¿He <<sufrido>> con ella? ¿Qué evoca para mí la palabra <<compasión>>?

  1. Reflexionando sobre estas experiencias
-         analizar lo que ha cambiado en mí;
-         ver las repercusiones de esta evolución en mi manera de creer, de rezar…

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

     * Juan 11: la resurrección de Lázaro
      v. 33: <<Jesús, al verla llorar (a María), y a los judíos, que también lloraban,   
      lanzó un hondo suspiro y se emocionó profundamente.
Después les preguntó:
-         ¿Dónde le habéis enterrado?
      Ellos contestaron:
-         Ve, Señor, y te enseñaremos su sepulcro>>
      v. 35: <<Y Jesús…>>
v. 38: <<Jesús, emocionado de nuevo profundamente, se acercó más al sepulcro>      
              
* Otros textos
      -     Mc 4, 5, 35-41: <<Dijo al lago: ¡Cállate! ¡Enmudece!
-         Rom 12, 15: <<Llorad con los que lloran…>>
-         Hb 2, 18: <<precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba>>.

ORACIÓN
Señor,
He salido solo, en mi barca.
Y no encuentro nada estable, sólo agua.
No sabría dónde colocar mis pies.
He aceptado seguirte.
No sé dónde estás.
¿Cómo adivinar a dónde tengo que ir?
Estoy remando solo en mi barca.
Siempre se está solo algún día, y pesa
La soledad en medio del mar.

Estoy aquí, solo.
El silencio de Dios es más espeso que nunca;
la ausencia de Dios, ¿quién la puede soportar?
Y, sin embargo, remo y las olas me bambolean.
Ya no aguanto más. ¡Basta!
Toma mi vida, no soy mejor que mis padres…
Quisiera detenerme,
volver a tierra firme y dormir para siempre.

¿Qué oigo? ¿Qué veo?
Un rostro amigo.
Hay alguien conmigo.
No estoy solo en mi barca,
alguien rema a mi lado.
Estás aquí, Señor, embarcado también tú
en la gran aventura de la esperanza y de la vida.
Estas aquí, Señor, y ya somos dos…
tres…, mil… los que remamos.
Están todos tus amigos aquí, con nosotros,
en la barca.                                                                         Paul Grostefan

jueves, 14 de noviembre de 2013

TEMA 3. La experiencia de la enfermedad:una prueba

TEMA 3. LA EXPERIENCIA DE LA ENFERMEDAD: UNA PRUEBA

    Solapada o brutal, la enfermedad provoca siempre una ruptura en el desarrollo de la vida del ser humano. Enfermar… y perder así el equilibrio de la salud es una experiencia que <<hace daño>> y que cuestiona en profundidad al hombre. Al perder la independencia, el enfermo se convierte en un asistido. Los proyectos des desmoronan como un castillo de naipes… El abandono del trabajo, la exclusión de la vida social…
Se entra entonces en un mundo nuevo… El cuerpo se convierte en un extraño. El es el que dicta su ley incomprensible e insoportable. Se experimenta el peso de la dependencia de los tratamientos y de las enfermeras.
    La experiencia de la enfermedad revela en profundidad la fragilidad fundamental de toda vida humana. El éxito y la desbordante actividad se relativizan, de pronto, ante lo esencial: ¡vivir! El hombre toca los límites de la carne y del espíritu. Solo ante lo desconocido, la angustia se esconde detrás de su puerta…
    Las preguntas religiosas, durante tanto tiempo escondidas, afloran a veces a la superficie: <<¿Para qué sirve la vida? ¿Para llegar a esto?...>> <<¿Por qué y por quién sufrir…?>>. ¿Me habrá señalado Dios una cita con él?>>.
    Al igual que de cualquier otra prueba, también de la prueba de la enfermedad, se puede sacar enseñanzas: <<Y si esta enfermedad fuese una señal de alarma que me invita a cambiar algo en mi manera de vivir?>>. <<¿Este retiro forzoso no puede convertirse en una ocasión para tomar distancias y revisar mis prioridades?>>.
    Y, a veces, se descubre otro rostro de Dios que cambia nuestra manera de estar en el mundo y de relacionarnos con los demás.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO:

  1. Después del primer encuentro con el enfermo al que he visitado; me he dado cuenta de cual es su manera de vivir la prueba de la enfermedad? ¿Rebeldía, resignación, angustia…?

  1. ¿En qué puedo ayudar al enfermo a adaptarse a su nueva situación y a su nuevo entorno?
-         Si es dependiente...,¿cómo ayudarle a reencontrar una cierta autonomía?
-         Si está encerrado en sí mismo…,¿cómo ayudarle a salir de sí y a relacionarse con los que le cuidan, con su familia y, eventualmente, con los demás enfermos?
-         Si no está en casa…,¿cómo ayudarle a reencontrar algunas referencias esenciales de su marco de vida habitual?
-         Si es creyente…,¿cómo puedo ayudarle a reajustar su imagen de Dios y la relación que mantiene con Él?

  1. ¿ Qué actitudes debo privilegiar en mis relaciones con el enfermo?
-         ¿Ponerme en su lugar o guardar las distancias?
-         ¿Hablarle de lo que pasa fuera para distraerle un poco, o sobre todo escucharle?

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

  • Lc 18, 35-43: El ciego de Jericó
v. 35: <<Un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna>>.

    La enfermedad nos coloca al borde del camino, al margen de la vida. El enfermo es siempre, de alguna manera <<mendigo>> de cuidados y de cariños.

v. 39: <<Reprendido>> por los que caminaban delante, por los bienpensantes que no se detienen a escuchar, el enfermo lanza su llamada de auxilio:<<Jesús, Hijo de David, ten piedad de mi>>. Necesidad inmensa de ser reconocido, mirado y escuchado…

v. 40: << Jesús se detuvo… mando que se lo trajesen… le pregunto… y atendió su petición.

    Contemplar el amor que se manifiesta en nosotros.

  • Otros textos
-         Job 19, 13-25: Job, abandonado, sigue confiando en Dios.
-         Is 53, 2-5: El Siervo doliente.

ORACIÓN

Señor, habito todo el día en la oscuridad,
agotado, postrado, sin fuerzas.
Voy encorvado y encogido,
todo el día camino sombrío.

Tengo las espaldas ardiendo,
no hay parte ilesa en mi carne:
estoy agotado y desecho,
me ruge y me brama el corazón.

Señor mío, mis ansias están en tu presencia,
no se te ocultan mis gemidos,
siento palpitar mi corazón, me abandonan las fuerzas,
y me falta hasta la luz de los ojos.

Mis amigos, mis compañeros, mis parientes,
por mi dolencia se mantienen a distancia;
no me abandones, Señor,
Dios mío, no te quedes lejos:
ven aprisa a socorrerme,
                                        Señor mío, mi salvación.                         Salmo 38