domingo, 20 de diciembre de 2020

Al personal de Hospitales y Centros de Salud de Aragón y La Rioja

 Queridos sanitarios:

Con ocasión de las fiestas navideñas me dirijo a vosotros, en nombre de los obispos de Aragón y La Rioja, para agradeceros de corazón el servicio que prestáis a los enfermos, cada uno desde su puesto de trabajo. En este tiempo de pandemia hemos visto cómo ayudáis a los enfermos a curar sus dolencias y cómo os alegráis cuando lo conseguís. “Sois ángeles de carne y hueso” para ellos cuando aliviáis sus dolores y les infundís ánimo y confianza en los momentos más críticos, cuando paliáis su soledad y acompañáis con vuestra presencia a los que mueren. Lo hacéis aunando competencia profesional y humanidad, dando lo mejor de vosotros mismos. Sois –como decía el papa Francisco en un encuentro con sanitarios– “artesanos silenciosos” de la cercanía y la ternura con vuestros gestos. Con vosotros los capellanes juegan un papel importante de cara a la atención integral a los enfermos y sus familias, estando a su lado y transmitiéndoles el consuelo y la paz del Señor.

Somos conscientes de que el contacto diario con el sufrimiento y la muerte de personas concretas a las que os entregáis de manera generosa, y heroica en ocasiones, deja huella en el personal sanitario. También vosotros necesitáis ayuda, comprensión, apoyo, cuidados y la colaboración de todos con un comportamiento responsable para no gravar más vuestro trabajo. Pedimos a las instituciones sanitarias y políticas que cuiden al personal sanitario e inviertan más en recursos humanos. 

                           

Oramos al Señor por los que estáis a pie de cama, al teléfono, en la consulta, el laboratorio, la administración, la farmacia, los servicios de mantenimiento y limpieza… Oramos por los contagiados que se van recuperando de las secuelas y por los que murieron tratando de salvar a otros.

 Os deseamos una entrañable Navidad con la esperanza de que en el 2021 remita la pandemia y la vida entre en cauces de normalidad para todo el mundo. 

Que el Niño Dios os bendiga a vosotros y a vuestras familias y que María, Salud de los enfermos, os sostenga y os dé paz interior.

 Diciembre de 2020

 † Ángel Pérez Pueyo,

 Obispo de Barbastro-Monzón Coordinador de la Pastoral de la Salud de Aragón y La Rioja

lunes, 14 de diciembre de 2020

FUNDACIÓN HOSPITAL DE CALAHORRA - SERVICIO RELIGIOSO

 


Fundacion Hospital Calahorra, teléfono

Capellán de la Fundación Hospital de Calahorra

-          Féliz Viguera Blanco fvb48@hotmail.com

HOSPITAL DE LA RIOJA - SERVICIO RELIGIOSO

 

Hospital General de La Rioja, teléfono

Capellanes del Hospital General de La Rioja

  Guillermo Treviño Fernández      guilermotrevi@hotmail.com

  Elías Laguna Salveña  eliaslaguna@gmail.com


La vida es un don, la eutanasia un fracaso

 


La vida es un don, la eutanasia un fracaso

Nota de la Conferencia Episcopal Española ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de la eutanasia

1.- El Congreso de los Diputados está a punto de culminar la aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.  El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infligida; y también de la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte». Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo.

2.- La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco publicó la Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida, ofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión.   

3.- Urgimos a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad.

4.- La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que indignación por el descarte en la atención a personas mayores. Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano. Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.  Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión.

5.- La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección. La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos.

6.- Con el Papa decimos: «La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza». Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza.

7.- Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia.

8.- Por ello, convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana.  Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa.

Nos acogemos  a Santa María, Madre de la Vida y Salud de los enfermos y a la intercesión de San José, patrono de la buena muerte, en su año jubilar.

Madrid 11 de diciembre de 2020

SERVICIOS RELIGIOSOS HOSPITALES DE ARAGÓN Y LA RIOJA

 


lunes, 7 de diciembre de 2020

El Papa Francisco, a los sanitarios: "Gracias por la cercanía, por la ternura, por la profesionalidad"

 

Quiero estar cercano a todos los médicos, enfermeros y enfermeras en este momento en que la pandemia nos llama a estar cerca de hombres y mujeres que sufren. Gracias por la cercanía, gracias por la ternura, gracias por la profesionalidad con que atienden a los enfermos. 

domingo, 6 de diciembre de 2020

BELENISTAS DE LA RIOJA. HOSPITAL SAN PEDRO DE LOGROÑO

 

Los belenistas de La Rioja hemos querido rendir un homenaje a todos los trabajadores del hospital San Pedro y también concienciar a la gente viendo de cerca en que condiciones trabajan. También hemos puesto en la mano del niño Jesús una rosa blanca en recuerdo de todos los fallecidos en esta pandemia.




miércoles, 2 de diciembre de 2020

A los Servicios de Asistencia Religiosa Católica de los hospitales de Aragón y La Rioja

 


Queridos capellanes, religiosas y laicos que prestáis asistencia religiosa católica en los hospitales de Aragón y La Rioja:

Los Delegados de Pastoral de la Salud, con D. Ángel, el obispo que la coordina, tuvimos recientemente una primera reunión telemática dedicada a revisar la situación de la asistencia religiosa en los hospitales en este tiempo de la pandemia. Decidimos escribiros una carta para expresaros nuestra gratitud y ofreceros nuestro apoyo.

Queremos agradeceros el trabajo que venís realizando desde que se inició la pandemia en condiciones nada fáciles, con restricciones, sin la protección en los primeros momentos, arriesgándoos al contagio. Algunos lo habéis sufrido en propia carne y, gracias a Dios, superado. Observando las medidas de seguridad –distancia física que no social y protección- con vuestra presencia cercana, discreta, servicial, silenciosa estáis transmitiendo el consuelo y la paz del Señor a los enfermos. A quienes lo piden les lleváis la comunión, les ofrecéis el perdón y los ungís con el Óleo de los enfermos. Oráis por ellos y en algunos casos con ellos. Sois testigos privilegiados de su entereza y de su fe, de sus miedos y angustias. Compartís la alegría de los que vencieron el coronavirus y vuelven a su casa, o residencia.

Prestáis una gran atención a las familias de los enfermos en momentos tan duros y dolorosos. Estar serenamente a su lado, escucharlas, acoger sus lágrimas, acompañarlas en la despedida de sus seres queridos es para ellas un gran apoyo y consuelo.

No menos valiosa es vuestra tarea con el personal sanitario. Compartís incertidumbres, temores y cansancios. Sois testigos de su entrega arriesgando su propia vida. Los habéis alentado en los momentos duros y difíciles y os preocupáis por los contagiados. Los tenéis presentes en vuestra oración y en la Eucaristía. ¡Qué bien que os hayan sentido cercanos! 

Esta imprescindible labor, tan humana y evangélica, la venís realizando de manera discreta, callada, respetuosa, sin protagonismos. Os queda la satisfacción del servicio prestado gratuita y generosamente. Pero habéis acusado el desgaste que ocasiona vivir y compartir tanto sufrimiento, tanta muerte, tantos momentos de tensión. El Señor está con vosotros y la oración de Iglesia os sostiene y fortalece.

Nos ayuda y enriquece compartir las experiencias que vivimos, reflexionar sobre temas de interés y hablar de las dificultades y miedos en este tiempo de la pandemia. No lo podemos hacer presencialmente, pero sí virtualmente, on line. El Secretariado Interdiocesano de Pastoral de la Salud os propone celebrar periódicamente algunos encuentros - videoconferencias on line. El primero podríamos tenerlo, si os viene bien, el lunes, 28 de diciembre, por la mañana. Comunicaremos la hora y los contenidos y daremos las instrucciones prácticas para participar.

Hemos iniciado el Adviento, tiempo de Espera y de Esperanza. Que el Señor nos ayude a ser en nuestros hospitales compañeros de camino y sembradores de esperanza con los enfermos, familiares y profesionales sanitarios.

Un abrazo fraterno

 3 de diciembre de 2020, fiesta de San Francisco Javier





+ Ángel Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón 
Coordinador de la Pastoral de la Salud de Aragón y La Rioja

Wilson Ascensio Callejas 
Coordinador del Secretariado Interdiocesano de Pastoral de la Salud de Aragón y La Rioja