domingo, 20 de octubre de 2024

LA ACOGIDA DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD

 

GUIA PARA LAS PARROQUIAS

Y ENTIDADES DE IGLESIA

 28 - 29 abril 2025

Jubileo de las Personas con discapacidad

Cada uno de nosotros somos amados por Dios tal como somos, y ésta es nuestra dignidad. Podemos incluso  decir  que  Dios  tiene  predilección  por  los débiles  y  pequeños,  por  aquéllos  a  los  que  Jesús mostró un especial cariño en sus años de vida pública. Ellos están más cerca de su Corazón.

Toda la Iglesia y “la catequesis, en particular, está llamada  a  descubrir  y  experimentar  formas  coherentes para que cada persona con sus dones, sus limitaciones  y  sus  discapacidades,  incluso  graves, pueda encontrar a Jesús en su camino y abandonarse a Él con Fe. Ningún límite físico o psíquico puede ser un  impedimento  para  ese  encuentro,  porque  el rostro de Cristo brilla en lo íntimo de cada persona.”

  (Discurso del Papa Francisco, 21-X-2017)


Para conseguir la inclusión de las capacidades diversas conviene valorar las atenciones pastorales específicas para las diversas discapacidades.

Intuitivamente,  las  disposiciones  para  integrar  en nuestras comunidades a una persona sorda no son las mismas  que  para  una  persona  con  dificultades visuales o con discapacidad intelectual o física.

Es  preciso  conocer  estas  necesidades  diferentes  disponer los medios para que puedan sentirse parte importante de nuestra familia eclesial, colaborando en sus actividades, integrándose en la catequesis y en la formación,  y  participando  de  las  celebraciones litúrgicas, de los sacramentos...

Las  diversas  discapacidades  se  pueden  agrupar  en cinco grandes ámbitos:

- La psíquica o intelectual, que supone alguna dificultad en la comprensión y expresión...

La física o de movilidad, con necesidad de silla de ruedas o con dificultades para desplazarse...

La visual o ceguera

La auditiva o sordera

- La auditiva y visual o sordo-ceguera

  www.pastoraldelsord.org/es/

¿QUÉ PODEMOS OFRECER?

Para todas las personas con discapacidad:

Ø Acoger fraternalmente y ofrecer información de entidades de Iglesia especializadas en las distintas necesidades específicas.

Ø Integrarlos en alguna realidad o grupo y que ellos promuevan su atención específica.

Ø Incorporar voluntarios/monitores preparados para atender a niños y jóvenes con discapacidad.

Ø Coordinarse con otras parroquias y/o entidades

de Iglesia para conseguir materiales y personas

que den formación, catequesis...

Discapacidad psíquica o intelectual:

Ø Atender a ellos y a sus familias, integrándolos

con normalidad en las actividades, procurando que sean aceptados con sus peculiaridades.

Ø Ofrecer espacios adecuados para ellos. 

Discapacidad física o de movilidad:

Ø Facilitar el acceso y la movilidad al templo y locales, mediante rampas, barandillas, ascensores, pasillos anchos...

Ø Ofrecer espacios libres más anchos en las primeras filas de templos y otros espacios. 

Discapacidad visual o ceguera:

Ø Acompañarles en sus desplazamientos y ubicarles en los espacios del entorno...

Ø Procurar medios técnicos útiles para ellos: disponer de material escrito en letras grandes,

proyectado en pantalla y/o en Braille, material acústico... Pueden ser lectores con texto Braille.

Discapacidad auditiva o sordera*:

Ø Reservar los primeros bancos para que puedan

ver de cerca y bien al que habla, para facilitar la

 lectura labial, o poder ver bien al intérprete de

Lengua de Signos.

Ø Buscar voluntarios y catequistas que conozcan o

quieran aprender la Lengua de Signos.

Discapacidad auditiva y visual o sordo-ceguera*:

Además de lo propuesto para la sordera y la ceguera, conviene ofrecer los medios de comunicación más adecuados a sus restos auditivos o visuales, con la posible comunicación a través de medios táctiles..

 


PROGRAMACIÓN DE PASTORAL DE LA SALUD 2024/25

 PASTORAL DE LA SALUD 

El Secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud tiene como misión fundamental manifestar el amor y la presencia de Cristo y de la Iglesia junto a los que sufren la enfermedad, sus familiares y las personas que los cuidan y atienden. Para ello su tarea pastoral abarca varios campos: parroquias, servicios de asistencia religiosa en centros hospitalarios y residenciales, profesionales cristianos y religiosos/as socio-sanitarios.

 

Sus objetivos son:

 

-       Ser instrumento para impulsar, animar y coordinar la Pastoral de la Salud en la Diócesis.

-       Anunciar la alegría del Evangelio a los enfermos y ancianos. (Evangelii Gaudium).

-       Velar porque los enfermos cristianos y sus familiares dispongan de los servicios eclesiales que pudieran necesitar. La alegría del amor que se vive en la familia es también el jubileo de la Iglesia. (Amoris Laetitia).

-       Potenciar la dimensión sanadora de la fe cristiana en la vida de fe personal y comunitaria.

-       Coordinar a las personas y entidades que, en nombre de la Iglesia están presentes en el mundo sanitario: voluntarios, capellanes, profesionales sanitarios cristianos, asociaciones, etc.

-       Proporcionar la formación que soliciten a todas estas personas y entidades para realizar una acción pastoral de calidad.

-       Promover dentro de todos los campos de la Pastoral de la Diócesis (Infancia y Juventud, Catequesis, Liturgia, Pastoral de la Tercera Edad, Pastoral Penitenciaria, etc.) la sensibilidad y el compromiso para que el enfermo y la realidad de la salud tengan un reflejo en sus tareas pastorales.

-       Proponer a la diócesis las acciones e ideas para que el anuncio del Evangelio en el mundo socio-sanitario sea más adecuado y eficaz. (Encuentro Inter-diocesano: Aragón / La Rioja).

-       Colaborar en la consecución de unas buenas relaciones institucionales entre la diócesis y los organismos públicos y privados responsables de los servicios sociales y sanitarios.

-       Impulsar la Pastoral de la Salud en las comunidades parroquiales y en las unidades pastorales.

Desde el Secretariado se procura:-

-       Trabajar la cercanía haciendo un seguimiento continuado de los grupos.

 

-       Canalizar las propuestas que de ellos surgen.

 

-       Animar a los grupos desde la formación de sus agentes.

 

-       Realizar conjuntamente el programa diocesano de Pastoral de la Salud

 

-       Evaluar, al final del curso, el programa diocesano de Pastoral de la Salud.

 

El Secretariado de Pastoral de la Salud de la Diócesis está integrado en la Delegación de Acción Caritativo Social.  Cuenta para la planificación y desarrollo de las actividades propias con el Equipo de Pastoral de la Salud, compuesto en la actualidad por personas correspondientes a los diversos ámbitos de actuación.


CAMPAÑA DEL ENFERMO 2025

“EN ESPERANZA FUIMOS SALVADOS” 

Rom 8,24

 

HACIA EL JUBILEO 2025

Como dice el Papa Francisco, debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna. Pienso especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras. Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra: «podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos» (Lv 25,6-7). 

 

PLAN PROYECTO DE PASTORAL DEL JUBILEO 2025 “PEREGRINOS DE ESPERANZA”  EN EL ÁMBITO PARROQUIAL

 

OBJETIVOS:

 

1.    Celebrar el Jubileo 2025 “Testigos de la esperanza”:

·         Promover la celebración del Jubileo en sus tres dimensiones:

                                         i.    Espiritual: Jornada Mundial y Pascua del Enfermo.

                                        ii.    Celebrativa y de reconciliación: vigilia y oración frente al Santísimo en la Capilla del Hospital San Pedro de Logroño.

                                      iii.    Solidaria: realizaremos un gesto solidario destinado a la “Trata de personas”.

 

2.    Atender el bienestar espiritual, físico y mental en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia, hasta la adultez y la vejez.

 

3.       3. Potenciar estructuras diocesanas y medios pastorales de sinodalidad.

 

·         Hacer y publicar una memoria de los grupos de Pastoral de la Salud, miembros incluidos, de nuestra Diócesis.

·         Promocionar la Pastoral de la Salud en las parroquias de nuestra Diócesis.

 

4.    Potenciar la formación de Pastoral de la Salud en tema de salud mental.

·         Los temas de la Campaña 2025 serán facilitados por la Delegación Nacional de Pastoral de la Salud.

·         Formación 2024-25: Posgrados, jornadas,  presencial, a distancia y on-line, del Centro de Humanización de la Salud – Religiosos Camilos. (www.humanizar.es)

 

5.    Configurar un proceso renovado de catequesis de iniciación cristiana:

·         Los agentes de Pastoral de la Salud ayudan a darle un giro saludable al estado de ánimo de los enfermos y a las familias.

·         Ser verdaderos peregrinos de esperanza en aquellos lugares, y personas, que se sientan solas y abatidas.

 

6.    Celebrar y difundir todo lo que se está haciendo por las personas que sufren cualquier tipo de dolencia (física, psíquica o social), así como sus valores propios y el testimonio de sus vidas.

·         Creación del grupo “Resurrección”, de autoayuda en el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido.

 

7.    Portal de transparencia:

·         Comunicar los aspectos jurídicos y pastorales de los Convenios de colaboración entre la Iglesia y las Administraciones Locales, en lo referente a la labor de los Capellanes en hospitales públicos.


CALENDARIO DE PASTORAL DE LA SALUD 2023/2024

  OCTUBRE 2024: 

7, 14, 21 y 28 de Octubre: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

NOVIEMBRE 2024:

4, 11, 18 y 25 de Noviembre: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

20 de Noviembre: Charla, a cargo del grupo de Pastoral de la Salud de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, “La Soledad Sufrida”.

23 de Noviembre: IX Encuentro Inter-diocesano de Pastoral de la Salud Aragón – La Rioja.

DICIEMBRE 2024: 

2, 9 y 16 de Diciembre: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

14 de Diciembre: Reunión del SIPS Aragón – La Rioja, en Zaragoza.

21 de Diciembre: Convivencia de Navidad de la Hospitalidad de Lourdes de La Rioja en Maristas.

ENERO 2025:

13, 20 y 27 de Enero: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

Fecha a determinar: Encuentro para capellanes y/o sacerdotes en Zaragoza.

FEBRERO 2025: 

3, 10, 17 y 24 de Febrero: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

Jornadas de Pastoral de la Salud:

-       6 de febrero: Presentación de la Campaña del Enfermo 2025.

-       11 de febrero: Jornada Mundial del Enfermo (Procesión Mariana de Antorchas y Eucaristía).

-       20 de febrero: La esperanza en el duelo”.

-       27 de febrero: Charla informativa sobre la “Fundación Pioneros”. 

MARZO 2025:

3, 10, 17, 24 y 31 de Marzo: Reuniones del Grupo “Resurrección”

8 y 9 de Marzo: Jubileo del Voluntariado, en Roma.

14 de Marzo: Reunión del SIPS Aragón – La Rioja, en Zaragoza.

22 de Marzo: Jornada por la Vida.

29 de Marzo: Vigilia-oración con exposición del Santísimo, para profesionales sanitarios y enfermos, en la Capilla del Hospital San Pedro.

ABRIL 2025:

5 y 6 de Abril: Jubileo de los Enfermos y del Mundo de la Sanidad, en Roma.

7, 14, 21 y 28: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

MAYO 2025:

5, 12, 19 y 26 de Mayo: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

25 de Mayo: Pascua del Enfermo.

Semana del 26 al 31 de mayo: Visita Pastoral del obispo. 

JUNIO 2025:

2, 16, 23 y 30 de Junio: Reuniones del Grupo “Resurrección”.

9 de Junio: Reunión del SIPS Aragón – La Rioja, en Zaragoza.

18 de Junio: Charla, a cargo del grupo de Pastoral de la Salud de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, “Comer bien para vivir bien”.

Del 26 al 29 de junio: XXXI Peregrinación Diocesana con enfermos a Lourdes.

 

jueves, 17 de octubre de 2024

ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL



Presentación 

El Acompañamiento Espiritual es un camino de vida, es una acción sagrada y un servicio de esperanza. Es una hermosa posibilidad de crecimiento, de búsqueda del sentido y fin de la propia vida.

 Es el encuentro con alguien que siente, que busca, que también necesita ser escuchado y acogido, y que en ocasiones puede sufrir dolores en su cuerpo y en su espíritu. 

De la misma forma, quien acompaña, hace un camino de búsqueda y encuentro desde su propio corazón: “En el hombre interior habita la verdad”, nos recuerda San Agustín.

Introducción

A través de esta Guía de Acompañamiento Espiritual, queremos compartir algunas herramientas que podrían transformarse en un pilar significativo para quien asiste a un enfermo o para quien padece algún sufrimiento. 

En ocasiones, el acompañar se tiende a considerar como estar “junto a ti”, es decir, estar físicamente al lado de una persona y compartir tiempo con ella.

 Desde la perspectiva del Acompañamiento Espiritual, la palabra “acompañar” significa mucho más que estar y compartir tiempo con una persona. Su sentido se va haciendo más profundo y cálido cada vez que nos abrimos a recibirlo como un don o como una vocación y, por otro lado, se hace más sencillo y cercano cuando lo manifestamos con gestos de ternura y cariño. Es decir, somos acompañantes espirituales cuando gratuitamente entregamos nuestro tiempo y disponemos nuestro interior para “escuchar desde el corazón” a quien nos habla.

Esta Guía aspira a ser útil para cualquier persona que la vida lo haya puesto al lado de un enfermo o de quien necesita compañía. El texto está dirigido a todas las personas que deseen iniciar una búsqueda en temas de acompañamiento, independiente de su Credo o visión de la vida.

 Esta Guía está disponible para quien puede transformarse en un puente que atraviesa el camino sagrado de la historia del acompañado: podemos ser alimento de paz para sus inquietudes y testimonio de presencia en los momentos de soledad que se viven. 

Te encontrarás con los tres momentos que te invitamos a leer con detención, y que esperamos sean de riqueza para tu propio discernimiento y desarrollo:

I. Antes del encuentro (preparándonos).

II.Durante el encuentro (escuchando desde el corazón).

III.Después del encuentro (la despedida o cierre)

Tiempos del Acompañamiento

I.Antes del encuentro (preparándonos) 

a) Mirarse a sí mismo

Ante una visita de acompañamiento es muy importante reconocer la propia disposición interior. Es decir, cómo me encuentro: estoy tranquilo, triste por alguna noticia, alterado, alegre, etc. 

Hacerse consciente del propio estado emocional y sicológico puede favorecer una escucha centrada en la persona que acompaño más que en mis propios requerimientos de atención. Por eso, la idea es que esta revisión personal se realice ANTES del encuentro con la persona que se va a acompañar. 

Por lo tanto, es recomendable llegar con tiempo, sin apuro, detenernos y darnos un espacio para disponernos a estar con otro, en este encuentro sagrado donde recibiremos su vida y su historia. 


b) Tener algunas ideas claras

Aunque cada conversación es un mundo nuevo, el tener algunas ideas claras en cuanto al apoyo que se está realizando permite acompañar con palabras prudentes la realidad del acompañado: disponerse a escuchar, dejar fuera prejuicios personales, ser conscientes de que no existirán respuesta a todas las dudas o preguntas que surjan, saber que en este encuentro ambos son iguales, es decir, un acompañante nunca está por sobre el acompañado, etc. 

Siempre ayuda un tono de voz mesurado, cálido y ceñido a la circunstancia, sin juicios y respetando el ritmo del otro. 

Quede claro que no se trata de fingir la voz ni usar una multiplicidad de palabras. Sólo es adaptar lo que se quiere decir, sin dejar de ser uno mismo.


c) Apoyarse en la propia vida espiritual

 Una consideración esencial ante un acompañamiento espiritual es no llevar prejuicios ni opciones personales al encuentro con la persona que se acompaña, según ya se dijo. En cierto sentido nos vaciamos de nosotros mismos para recibir la sagrada historia del acompañado.

 Lo anterior, exige que fortalezcamos nuestra propia espiritualidad, que reconozcamos los frutos de ese don que recibimos, enriquecer la relación con Dios, con nuestra propia creencia de lo trascendente. 

Quien tiene una reflexión espiritual permanente, también fortalece su madurez humana y enriquece las propias características sico´-espirituales necesarias para el acompañamiento. Sus actos se encaminan a valores superiores que, luego, se reflejan en el apoyo y soporte espiritual que el acompañante puede ser para el acompañado. Nos abrimos a vivir un Kairós con el acompañado, un tiempo de Dios.

II.Durante el encuentro (escuchar desde el corazón

a) El saludo en la visita

 un saludo cariñoso, amable, cercano. Llamarlo por su nombre. 

Cuando no se conoce al acompañado, recordar la importancia de presentarse: quién soy, el porqué de la visita, etc. De ser necesario, hazle saber que quieres escucharlo, que estás ahí para apoyarle.

 Se recomienda informarse con el propio entorno o ambiente del acompañado: si tiene fotos de familiares, algún objeto religioso, una Biblia, etc.

b) Ser un oyente efectivo y afectivo

 Ser prudente al preguntar, dejar que hable a su propia velocidad y no apurar el compartir. Las palabras de afecto, dichas en el momento oportuno, se transforman en un bálsamo que fortalece el encuentro. Recordemos que la comunicación con el acompañado se hace presente en el momento en que él se siente ESCUCHADO. Por ello, en ocasiones, es mejor hablar menos y escuchar más. Tampoco debemos tener miedo a los espacios de silencio. 

Ser empático de forma permanente durante el acompañamiento, apoyándose a través de sencillas preguntas: ¿lo que me quieres decir es que…? Entonces, ¿lo que sientes es ...? Que la empatía en la comunicación sea una condición natural durante el encuentro.

c) Atender las necesidades del acompañado 

Acoger con cariño y solicitud sus temores, angustias y anhelos, su Credo o visión de la vida.

 Que el respeto por su realidad y vivencias sea siempre una puerta abierta durante el diálogo. Hay que recordar involucrarse con las necesidades del propio acompañado. 

 Cuando surjan, hay que atender con diligencia las conversaciones relacionadas con la fe, en la importancia y el sentido que tiene para su vida. De igual modo siéntete libre de presentar tu propia creencia espiritual cuando el acompañado te lo pregunte. Compartir la presencia de Dios en la propia experiencia humana, fortalece inmensamente la comunicación y el encuentro. 

d) Usar un lenguaje sencillo 

Generalmente es mejor usar palabras sencillas. Los mensajes se comprenden más rápidamente.

 También, considerar el uso de dibujos u otros materiales para los casos en que las personas estén impedidas de hablar. La creatividad en estos casos puede ayudar muchísimo a quien se acompaña. 

Igualmente, recuerda que nosotros hablamos con nuestro cuerpo, con los gestos que hacemos.


e) Información que se recibe

 Durante la conversación va apareciendo la vida del acompañado y, junto con ella, surgen datos que podrían ser de una riqueza espiritual inmensa: temas religiosos, espirituales, familiares, de su particular estado de salud, de los valores superiores en los que cree, entre muchísimos otros. Debes tener presente el respeto a la privacidad de la conversación con el acompañado.

 Esa información no sólo sirve para entender de forma intelectual la situación de quien se acompaña, sino que ella se torna en la savia que va enriqueciendo el camino al corazón de la persona acompañada. Es en esos momentos cuando nos vamos llenando de esa historia sagrada de la que hemos hablado. 

Consideremos en cada encuentro que las orientaciones religiosas no están excluidas del acompañamiento. De hecho, es recomendable apoyar instancias que fortalezcan o renueven su propia experiencia de fe católica, judía, evangélica, etc. El acompañamiento espiritual es fortalecido por la fe de las mismas personas acompañadas

f) Despedida en el encuentro

 Generalmente, las conversaciones bajan su ritmo después de algunos minutos. Cuando sientas que ya la conversación está llegando a su fin, espera una pausa en el diálogo para comenzar tu despedida. Te puedes ayudar con alguna pregunta. Por ejemplo: ¿Hay algo más que quisieras compartirme?

 Es posible que surja algún tipo de oración o rito espiritual que facilite cerrar la conversación desde su dimensión espiritual. Esa oración o momento litúrgico le ayudará a dar el cierre que él mismo necesita. De ser posible, que el acompañado sea quien lleve activamente la oración.

 Al final de esta guía existe material de oración complementario para diferentes circunstancias. 



III.Después del encuentro (cierre personal) 

a) Mirarse a sí mismo

 al igual que en la preparación para una conversación, es importante revisar el estado emocional y sicológico con el que concluyo el encuentro, hacerme consciente de cómo me siento después de la conversación con un acompañado. Si puedo, revisar mis pensamientos y reflexiones. Es decir, darme tiempo. 

b) Hacer un breve cambio de actividad No es tan infrecuente que algunas de las conversaciones pudiesen afectar los estados de ánimo de los acompañantes. Lo ideal es buscar un equilibrio y hacer algún cambio de actividad para centrar las inquietudes y recuperar la calma interior.

 Un sencillo ejemplo es hacer lo que a uno de le gusta. Por ejemplo: hacer un momento de oración por el enfermo, hacer una caminata, comerse un chocolate, etc. La idea es dar un espacio para centrarse y retomar la cotidianeidad.


c) Fortalecer la propia vida de fe y el equilibrio psico-emocional Sabemos que acompañar implica en muchos modos, salir de sí mismo e ir al encuentro con otro quien a veces ni siquiera sabe que necesita acompañamiento. Todo nuestro ser debe estar inclinado con disposición plena a la escucha de esa persona que lo necesita.

 Sin embargo, debemos alimentar nuestra propia espiritualidad, nuestra fe, nuestra sicología, conocer nuestras emociones y buscar espacios para dar sentido y trascendencia a lo vivido: una oración, una pausa reflexiva, la lectura del Evangelio, la Eucaristía, el diálogo con uno mismo, etc. Lo podemos resumir en autocuidado espiritual - emocional y fortalecimiento de la propia fe.

d) Compartir la experiencia

 Por otro lado, resguardando la confidencialidad de la información que pudiese existir en las conversaciones con el acompañado, es recomendable que el acompañante tenga la posibilidad de revisar aprendizajes, recibir consejos y compartir experiencias con otro acompañante.