DIÓCESIS DE CALAHORRA Y LA CALZADA-LOGROÑO. PASTORAL DE LA SALUD
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martes, 14 de junio de 2016
domingo, 12 de junio de 2016
Emotivo encuentro del Papa Francisco con discapacitados: La diversidad es riqueza
VATICANO, 11 Jun. 16 / 07:24 am (ACI).- Fue un encuentro cargado de emoción y alegría en el que el Papa Francisco aseguró que las diferencias son riqueza y por tanto un don y advirtió a los sacerdotes que no quieren acoger a las personas con alguna discapacidad que deben convertirse.
Francisco no dudó en dejar el discurso que tenía preparado a un lado e improvisar unas palabras llenas de cariño para los miles de discapacitados que se reunieron con él este sábado en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Santo Padre los recibió con motivo de un Congreso dedicado a personas discapacitadas y promovido por la oficina de catequesis nacional italiana en ocasión del 25ª aniversario de su creación.
El Papa agradeció las preguntas que le dirigieron y que él respondió destacando que la pastoral que necesitan requiere una doble atención: la conciencia de educar a la fe de la persona discapacitada, incluso con graves discapacidades; y la voluntad de considerarla como sujeto activo en la comunidad en la que vive.
Francisco destacó que “todos somos diferentes” y por tanto que “no hay uno que sea igual que otro”. En su opinión, las diferencias dan miedo a todos porque “ir al encuentro de una persona que tiene una diferencia grave es un desafío”.
Sin embargo, “las diferencias son la riqueza”: “yo tengo una cosa, y tú otra, y así hacemos algo grande”, dijo invitando a continuación a no tener miedo y a poner en común todo lo que uno posee, ya que enriquecerá al resto.
“Se trata de hacer crecer una mentalidad y un estilo que quite los prejuicios, las exclusiones y marginaciones, favoreciendo una efectiva fraternidad en el respeto de la diversidad que hay que apreciar como un valor”, indicó el Papa.
Uno de los gestos más hermosos, ha señalado, es el de darse la mano porque “pongo en común lo que tengo contigo”, “te doy lo mío y tú lo tuyo”.
Otra pregunta ha sido en relación a la discriminación que sufren algunos de ellos en las parroquias, a lo que a contestado que esto es una de las cosas más feas que se dan. En su opinión, un párroco que no acepta a todos tal y como son debe “convertirse”.
Es responsabilidad de la parroquia preparar adecuadamente a las personas con discapacidad, por ejemplo a un sordo, dijo el Papa. “Si tú eres diferente, también tienes la posibilidad de ser el mejor”, explicó.
Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando una niña con síndrome de down se ha saltado la seguridad y ha subido corriendo por las escaleras hasta el escenario donde estaba sentado el Papa, quien al verla le ha dicho: “Ven, ven”.
Francisco, con una sonrisa en la boca, comentó entonces que la pequeña “no tiene miedo” y por eso “corre el riesgo” y “sabe que las diferencias son una riqueza”. La niña down “nos ha dado una lección” y por ello “nunca será discriminada, se sabe defender sola”, certificó.
Un sacerdote lanzó la última pregunta: “¿Cómo acoger a todos?” y el Papa respondió de manera tajante: Si un sacerdote no sabe acoger a todos debe “cerrar la puerta de la parroquia: o todos o ninguno”. Y si dice: “yo entiendo a todos pero no puedo acoger a todos, porque no todos pueden entender”, el problema lo tiene él porque “eres tú que no eres capaz de entender”, dijo Francisco.
A este respecto explicó que a muchos presbíteros les falta el “apostolado de la oreja” que no es otra cosa si no “escuchar”. El Papa comentó que “el Señor está en el corazón de cada uno” y por eso debe tener la paciencia de escuchar a todos”.
sábado, 11 de junio de 2016
viernes, 10 de junio de 2016
Papa a médicos: No utilicéis compasión para aprobar eliminación del enfermo
El Papa Francisco denuncia la eutanasia como "el triunfo del egoísmo en medicina"
"La verdadera compasión no margina a nadie, ni la humilla, ni la excluye"
El Papa afirmado ante médicos españoles e iberoamericanos que la eutanasia es el triunfo del egoísmo en medicina y lo contrario a la compasión por el enfermo, al tiempo que ha criticado la cultura "tecnológica e individualista" que desprecia la compasión "porque significa someter a la persona que la recibe a una humillación"."La compasión es de alguna manera el alma misma de la medicina", ha afirmado en una audiencia privada con los representantes de la profesión médica de España, Portugal e Iberoamérica, en la que estaba el presidente de la Organización Médica Colegial de España (OMC), Juan José Rodríguez Sendín.
"No faltan quienes se escudan en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo. No, la verdadera compasión no margina a nadie, ni la humilla, ni la excluye, ni mucho menos considera como algo bueno su desaparición", ha evidenciado el Pontífice argentino.
De esta manera, ha manifestado que la eutanasia es "el triunfo del egoísmo" en cuanto a que promulga la "cultura del descarte que rechaza y desprecia a las personas que no cumplen con determinados cánones de salud, de belleza o de utilidad". "A mí me gusta bendecir las manos de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se hace caricia de salud", ha agregado al respecto.
Por otro lado, ha recordado que este año la Iglesia Católica celebra el Jubileo de la Misericordia y les ha agradecido su "dedicación, cercanía y profesionalidad a las personas que padecen una enfermedad". Así ha declarado que la compasión "no es lástima, es padecer-con".
"La identidad y el compromiso del médico no sólo se apoya en su ciencia y competencia técnica, sino principalmente en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu", ha evidenciado.
Por ello, ha explicado que la compasión es la "respuesta adecuada" al valor inmenso de la persona enferma porque el valor "sagrado" de la vida del enfermo "no desaparece ni se oscurece nunca, sino que brilla con más resplandor precisamente en su sufrimiento y en su desvalimiento".
Así ha hecho un llamamiento a los médicos para que no cedan a la "tentación funcionalista" de aplicar soluciones rápidas y drásticas, "movidos por una falsa compasión o por meros criterios de eficiencia y ahorro económico". "Está en juego la dignidad de la vida humana; está en juego la dignidad de la vocación médica", ha señalado finalmente.
jueves, 9 de junio de 2016
El Jubileo de los Enfermos culminará con una misa multitudinaria con el Papa en San Pedro
Viernes, 10 de junio
Durante todo el día se podrá realizar la Peregrinación a la Puerta Santa.
En la Iglesia de Santa María en Vallicella (Chiesa Nuova):
de 15:30 a 18:30 h., Adoración Eucarística y Sacramento de la reconciliación;
a las 17:00 h., Catequesis sobre la misericordia “La misericordia fuente de alegría”, impartida por Fr. Ciryl Axelrod (padre redentorista sordo-ciego) con servicio de traducción L.I.S. e International Sign Language; L.I.S./ táctil.
Esta catequesis está indicada particularmente para las personas sordas, sordo-ciegas, ciegas y con discapacidad visual.
Sábado, 11 de junio
Continua la peregrinación a la Puerta Santa para los que se han inscritos el sábado.
En la Iglesia de Santa María en Vallicella (Chiesa Nuova):
de 8:30 a 11:00 h., Adoración Eucarística y Sacramento de la reconciliación;
de 11:00 a 12:00 h., Catequesis en lengua italiana sobre la misericordia “La misericordia fuente de alegría” impartida por S.E.R. Mons. Luigi Marrucci, Obispo de Civitavecchia.
En la Iglesia de Sant’Andrea della Valle:
de 8:30 a 10:00 h., Adoración Eucarística y Sacramento de la reconciliación;
de 10:00 a 11:00 h., Catequesis en lengua italiana sobre la misericordia “La misericordia fuente de alegría” impartida por S.E.R. Mons. Gerard Dancourt, Obispo Emérito de Nanterre.
En la Iglesia de San Salvatore en Lauro:
de 8:30 a 11:00 h., Adoración Eucarística y Sacramento de la reconciliación;
de 11:00 a 12:00 h., Catequesis en lengua inglesa sobre la misericordia “La misericordia fuente de alegría” impartida por S.E.R. Mons. Arthur Roche, Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
En la Iglesia de San Juan de los Florentinos:
de 8:30 a 11:00 h., Adoración Eucarística y Sacramento de la reconciliación;
de 11:00 a 12:00 h., Catequesis en lengua española sobre la misericordia “La misericordia fuente de alegría” impartida por S.E.R. Mons. Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
En los Jardines del Castillo S. Angelo:
de 14:00 a 21:00 h.
Posibilidad de visitar los stand de algunas asociaciones y organizaciones dedicadas al mundo de las personas enfermas y con diversidad funcional
de 18:00 a 20:00
Fiesta de Bienvenida “Oltre il limite” (“Más allá del límite”), dirigida por Rudy Zerbi y Annalisa Minetti. Personas enfermas y con diversidad funcional se exhibirán junto a cantantes, bailarines y prestidigitadores: Alessandra Amoroso, Silvan, Simona Atzori, Bebe Vio, Nicole Orlando y Stefano Oradei. Con la participación extraordinaria de la Banda dell’Arma dei Carabinieri.
Domingo, 12 de junio
Desde las 8:30 h., en la Plaza de San Pedro, cantos y testimonios de personas enfermas y con diversidad funcional como preparación a la Santa Misa: “Cuando soy débil entonces soy fuerte”
10:00 h. Santa Misa en la Plaza de San Pedro presidida por el Papa Francisco
De 14:00 a 17:30 h. continua la peregrinación a la Puerta Santa para los que se han inscrito el domingo.
La oración con el enfermo y por el enfermo.
La oración con el enfermo y por
el enfermo.
1. La enfermedad
es un momento propicio para la oración. En el corazón de la persona enferma y
en sus seres queridos brota casi de forma espontánea la oración, la plegaria en
sus más diversas formas.
En la oración del enfermo tiene
un gran peso la realidad que está viviendo, cuenta igualmente su visión de
Dios, su temperamento, su historia personal, su educación religiosa, su medio
cultural... Cada enfermo tiene su forma original de orar y modalidades diversas
de dirigirse a Dios.
La oración y sus efectos
2. La oración es
uno de los recursos más importantes de los que dispone el agente de pastoral
para crear un clima de paz en torno al enfermo, para infundir ánimo al que
sufre, para abrirle solidariamente a otros enfermos y personas, para ayudarle a
descubrir la voluntad de Dios, para encontrar la energía necesaria a fin de
sobrellevar los dolores, para progresar en la identificación con Cristo
paciente, para dar gracias a Dios por sus dones, para realizar, finalmente, el
tránsito al Padre.
El enfermo protagonista de la
oración
3. La oración ha
de surgir de la necesidad y deseo del enfermo y ha de tener muy presente la
realidad que está viviendo el enfermo. Por ello, la oración con el enfermo
presupone la escucha del mismo, de sus vivencias y estados de ánimo, para
acoger la variedad de actitudes y reacciones: queja, impotencia, angustia,
amargura, desamparo y abandono, soledad, culpabilidad, rebeldía, confianza,
gozo, gratitud y alabanza.
El saber ponerse en sintonía con
la historia y el proceso interior de cada enfermo, permite al agente de
pastoral ayudarle y convertir su camino en camino con Dios por medio de la
oración que unas veces es oración de queja, otras de agradecimiento, otras de
entrega confiada, otras de súplica y de intercesión por los demás, otras de
contemplación del misterio o de alabanza y glorificación de Dios.
Orar con los salmos, orar como
Jesús
4. La Sagrada
Escritura ofrece innumerables y variadas oraciones de enfermos, especialmente
en los Salmos. El agente de pastoral sabrá escoger, proponer y utilizar la que
responda mejor a las necesidades espirituales del enfermo en cada momento.
Pero es sobre todo en Jesús,
modelo de oración, en quien debe inspirarse el agente para acompañar y ayudar
al enfermo a orar.
Oración por los enfermos y por
los moribundos
5. La oración por
los enfermos ha estado y está presente en la vida de la Iglesia y de sus
comunidades cristianas. La Iglesia ora por los enfermos en la Eucaristía, la
Liturgia de las Horas, la celebración de los sacramentos... El agente de
pastoral ha de orar por los enfermos y ofrecer
ocasiones y cauces comunitarios para orar con los demás enfermos, la
familia y la comunidad cristiana.
La oración por los moribundos,
siempre valorada por la tradición eclesial, se ve hoy dificultada a causa de la
atmósfera distraída, indiferente o asustada que muchas veces caracteriza el
ambiente donde muere el enfermo. Practicada con discreción y adaptada a las
circunstancias particulares y concretas de cada enfermo, constituye una ayuda
valiosa para el enfermo y sus familiares.
"La Iglesia—dicen las Orientaciones doctrinales y pastorales del Episcopado español— mientras el moribundo es consciente, ora
con él y por él, para ayudarle a vencer la angustia natural de la muerte.
Cuando el enfermo ya no puede rezar, la Iglesia ora por él y le entrega a la
Iglesia celeste" (RU 83).
El encuentro pastoral con el enfermo.
Actividades del servicio de
asistencia religiosa
El encuentro pastoral con el
enfermo.
Importancia del encuentro
1. En la
actividad del agente de pastoral tiene una gran importancia el encuentro
personal con el enfermo. Ha de ser la expresión de su fidelidad a las palabras
de Jesús: "Estuve enfermo y me
visitasteis" (Mt. 25, 36).
La cantidad de personas a
visitar, el riesgo de caer en la rutina y, a veces, la ausencia de una
preparación adecuada y de un método, pueden contribuir a hacer pesada y poco
gratificante esta importante actividad pastoral. Por lo cual es necesario
revisarla constantemente y perfeccionarla.
Visita amistosa y encuentro
pastoral
2. El agente de
pastoral ha de saber distinguir entre la visita amistosa y la relación pastoral
de ayuda. Mientras la primera es bueno brindarla a todos los enfermos, la
segunda es conveniente tan sólo para un grupo reducido de personas que están
dispuestas a recorrer un camino más largo, profundo y continuo. El
discernimiento de las diferentes necesidades y la oferta de respuestas
apropiadas, permiten al agente de pastoral distribuir de manera racional ayuda
a las personas que lo han pedido.
Paso de la conversación corriente
al diálogo pastoral
3. Tanto en las
visitas breves como en las más extensas, el agente de pastoral ha de saber
pasar de la conversación social al diálogo pastoral. Para ello, ha de:
• concentrarse más en la persona
que en los hechos externos;
• saber escuchar, ser comprensivo
y amable;
• aceptar la tensión del enfermo,
ayudándolo a afrontar la realidad, aunque sea dura;
• preocuparse más de ayudar que
de distraer, estando disponible al acompañamiento del enfermo;
• saber pasar de la discusión
sobre Dios a la experiencia de Dios y a la relación con él.
Organización de las visitas
4. Si la visita
diaria es un ideal a tener presente en la programación de la actividad
pastoral, no por ello ha de constituir un absoluto que absorba todas las
energías del agente de pastoral.
Teniendo como firme el principio
de que todos los enfermos tengan la posibilidad de un encuentro con el agente
de pastoral, han de estudiarse, para la organización de las visitas, formas
realistas y armonizadas con las otras exigencias del trabajo apostólico.
Plan pastoral
5. En el delicado
ministerio de la visita, el agente de pastoral ha de evitar la improvisación.
Ha de prepararla elaborando un plan de pastoral que después sabrá adaptar con
flexibilidad a las distintas situaciones.
Un plan pastoral implica señalar
objetivos claros y concretos y seleccionar los medios idóneos para conseguirlos.
Encuentro sin máscaras
6. Superando la
tentación de ampararse en el propio rol o de manifestar solamente algunos
aspectos de su propia personalidad, el agente de pastoral ha de trabajar por
ser él mismo y presentarse con su propia identidad, atento a sus sentimientos
que sabrá utilizar de manera apropiada en la relación con el enfermo y sus
familiares.
Estima y respeto
7. El agente de
pastoral ha de manifestar con su modo de actuar aquella estima y respeto
profundos que ayudan al enfermo a mantener el sentido de integridad de la
propia persona a pesar del desmoronamiento causado, en el cuerpo y en el
espíritu, por la enfermedad.
Respeto a la religiosidad
8. Hay que tener
el máximo respeto a la religiosidad del enfermo, evitando imponerle los propios
estilos de fe. A los que no creen o no practican, no hay que privarles de la
amistosa atención del agente de pastoral.
Es importante tener en cuenta y
no despreciar la "piedad popular". Para algunos enfermos la forma de
llegar a Dios y tener una conexión con el mundo de la fe, es su devoción a la
Virgen, a un santo o una santa. El encuentro pastoral comporta caminar por
sendas que no son, a veces, las del propio agente y acomodarse a la sencillez y
al candor de una confianza, de una fe y de un amor que Dios juzgará de forma
muy distinta a la nuestra.
Respeto del proceso de maduración
9. Consciente de
que tanto Dios como el enfermo tienen sus caminos, que no siempre coinciden
entre sí o con los nuestros, el agente de pastoral ha de respetar los pasos del
enfermo y la lentitud en el proceso de su maduración humana y cristiana.
Las actitudes símbolo del amor de
Dios
10. En una
perspectiva de fe, las actitudes humanas positivas del agente de pastoral, sus
gestos humanos, se convierten en símbolo del amor de Dios que él mismo anuncia
con su palabra, y dan a su presencia un valor casi sacramental.
Anunciar la Buena Nueva de forma
humana
11. En el contexto
de la visita pastoral es donde el agente de pastoral realiza principalmente su
misión evangelizadora o celebrativa: de la comunicación, de la escucha de la
Palabra, de la oración, del proceso penitencial... Para que el anuncio de la
Buena Nueva resuene eficazmente en el corazón del enfermo, es necesario que se
centre en la situación que está viviendo y le sea transmitido de forma humana.
Líneas a privilegiar
12. Las líneas que
hay que privilegiar en la misión evangelizadora del enfermo brotan y se
fundamentan en el misterio de la Encarnación, expresión visible del amor del
Padre.
A la luz de la palabra y del
ejemplo de Cristo y del misterio pascual vivido por él, la vida humana tiene
sentido aun en las situaciones penosas por la presencia del mal, del
sufrimiento y de la muerte.
La difícil catequesis, dirigida a
ayudar al enfermo a transformar su propia experiencia negativa en ocasión de
crecimiento, ha de ser iluminada por la esperanza que nos viene de Cristo
resucitado.
Rasgos del encuentro
evangelizador
13. El encuentro
evangelizador ha de ser personalizado, en un diálogo franco y confidencial, sin
límites ni cálculos, sin presiones indebidas, respetuoso con la libertad y las
disposiciones del enfermo. El dogmatismo, el juicio y la condena .. son
actitudes que deben desaparecer del comportamiento del agente de pastoral.
Finalidad y destinatarios del servicio religioso
El servicio de asistencia
religiosa en el hospital
Finalidad y destinatarios del
servicio religioso
El servicio religioso garantía un
derecho
1. Por medio del
"servicio de asistencia religiosa,a" la Iglesia católica y la
Institución hospitalaria garantizan el derecho a la asistencia religiosa de los
enfermos internados, sus familiares y cuidadores, haciendo de ella un factor
terapéutico integrado en el conjunto de la asistencia hospitalaria.
hace presente a la Iglesia
evangelizadora
2. Por medio del
"servicio de asistencia religiosa" la Iglesia se hace presente en el
marco hospitalario, acompaña a los miembros de la comunidad cristiana y entra
en contacto con los enfermos no creyentes para anunciar a todos ellos con
gestos y palabras la Buena Nueva del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.
tiene como destinatarios a los
enfermos
3. El servicio
religioso tiene como destinatarios principales a los enfermos católicos del centro y a sus familiares, a los que
trata de ayudar a vivir el sentido cristiano de la enfermedad, la curación, el
sufrimiento o la muerte desde la fe y de asesorar en los problemas éticos.
El servicio religioso se siente
cercano a los enfermos de otras
confesiones y les brinda su colaboración fraternal para poder ser atendidos
espiritualmente por sus respectivos ministros. Igualmente, está abierto a los
demás enfermos del centro, que libre y espontáneamente soliciten su ayuda, y
les ofrece su presencia respetuosa, amiga y fraternal.
el personal sanitario
4. El servicio se
dirige también a todo el personal
sanitario del centro, especialmente al católico, colabora con él, desde su
propia identidad, en la atención integral al enfermo, le apoya en su tarea,
comparte con él los problemas éticos que se plantean en el ejercicio de su
profesión y le ofrece su ayuda desinteresada.
la Institución Hospitalaria
5. El servicio se
dirige a la misma Institución hospitalaria para contribuir a la
asistencia integral del enfermo y colaborar en la común tarea de humanizar la
asistencia al enfermo desde el mensaje evangélico.
en contacto con las comunidades
cristianas y parroquias
6. El servicio
está en contacto con las parroquias y demás comunidades cristianas, de las que
proceden y a las que retornan los enfermos, para mantener su vinculación con
ellas. Está igualmente integrado y en coordinación con toda la pastoral
diocesana, especialmente con la sanitaria.
Una iglesia renovada en el mundo del hospital
Una iglesia renovada en el mundo del hospital
Iglesia, misterio de comunión
1. El Concilio Vaticano
II nos ha ofrecido una toma de conciencia sobre la identidad de la Iglesia: una
Iglesia que se reconoce Pueblo de Dios y que se acerca al mundo moderno, en
gran parte nacido fuera de ella, con una actitud atenta, comprensiva,
dialogante, solidaria y evangelizadora; una Iglesia que se comprende a sí misma
como misterio de comunión, "sacramento,
señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el
género humano" (LG 1).
con el hombre enfermo
En el mundo del hospital, ese
misterio de comunión se hace relación de fraternidad con el hombre enfermo. "La Iglesia, que nace del misterio de
la redención en la cruz de Cristo, está obligada a buscar el encuentro con el
hombre, de modo particular en el sufrimiento. En tal encuentro el hombre "se
convierte en el camino de la Iglesia" (SD 3).
a la escucha de la Palabra
2. Siguiendo otra
gran orientación conciliar, la Iglesia que se renueva escucha religiosamente la
Palabra de Dios, haciendo suyas las palabras de San Juan: "Lo que existía
desde el principio, lo que hemos oído,
lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras
manos acerca de la Palabra de la vida... os lo anunciamos, para que también
vosotros estéis en comunión con nosotros" (1 Jn. 1,1-3;DV 1). Como dice
el Concilio, "en los sagrados
libros el Padre que está en los cielos se dirige con amor a sus hijos y
conversa con ellos" (DV 21). Pero no se trata sólo de leer la Biblia,
sino de escuchar la Palabra en el fondo de los acontecimientos (GS 11).
desde el fondo de la enfermedad
Para el enfermo que la acoge, la
Palabra de Dios actúa como bálsamo, como aceite en las heridas; contribuye
eficazmente a que la comunicación con los demás no se falsee (Sal 41,7);
manifiesta la presencia del Señor que asume nuestras enfermedades (Mt. 8,17),
que pasa curando (Hch 10,48); ilumina los interrogantes profundos: ¿por qué la
enfermedad? ¿qué significa esta enfermedad?...
Que ora y celebra la presencia de
Cristo
3. En toda
oración y celebración verdaderas está presente Cristo: está presente en los
sacramentos, en su Palabra, allí donde dos o tres están reunidos en su nombre
(Mt. 18,20; SC 7), allí donde el hombre sufre: "estuve enfermo y me visitasteis" (Mt. 25,40).
para ayudar al enfermo a vivir su
situación desde la fe
La relación con el enfermo puede
adquirir niveles muy profundos en la oración y celebración de la fe.
Ciertamente, ante el "escándalo" del mal, se requiere, junto a la
normal atención médica, la oración común, la luz de la Palabra de Dios, la fuerza
del Espíritu, para que el enfermo asuma su situación, recupere su comunión o la
acreciente, mantenga la serenidad y la esperanza, comprenda que, en el peor de
los supuestos, no va hacia la nada, descubra la presencia nueva de Jesús que se
identifica con el hombre que sufre; en suma, evangelice desde su enfermedad.
Como dice Santiago: "¿Sufre alguno
entre vosotros? Que ore. ¿Está alguno alegre? Que cante salmos. ¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame
a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con el óleo en el
nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo" (Sant.
5,13-15).
En actitud de diálogo sincero,
4. La renovación
de la Iglesia se palpa también "cuando
los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de
nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y los que sufren, son a la vez gozos y
esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo" (GS 1).
La Iglesia se convierte así "en
señal de la fraternidad que permite y consolida el diálogo sincero" (GS
92). Como dijo Pablo VI en su encíclica Ecclesiam suam: "La Iglesia se hace palabra, la Iglesia se hace mensaje, la
Iglesia se hace coloquio" (ES 44).
ante el dolor, la enfermedad y la
muerte
Ante el dolor, la enfermedad y la
muerte, diálogo encuentra uno de los mayores desafíos y, al propio tiempo, un
momento excepcional de evangelización.
Una relación que se hace diálogo,
que acoge cada interrogante y cada situación, tiene un impacto en la misma
comunidad cristiana; implica una renovación profunda de la Iglesia.
En un mundo secularizado
5. La presencia
de la Iglesia en el mundo del hospital se realiza en el contexto actual de
nuestra sociedad, en la que se constata un progresivo avance de la
secularización. Por diversos motivos, en nuestra sociedad, de vieja tradición
cristiana, se está necesitando una "nueva evangelización". Hoy no hay
que dar por supuesta la fe de los bautizados.
ofrece el servicio del Evangelio
La Iglesia se sitúa como
comunidad en medio de la sociedad, ofreciendo el evangelio, respetando la
libertad. Al fin y al cabo, como Cristo, que "dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la
fuerza" (DH 11). En la debilidad de la libertad, reconociendo la
autonomía de lo temporal (GS 36) y el legítimo pluralismo social (GS 75) y
religioso (DH 9), la Iglesia ofrece el servicio del Evangelio en medio de un
mundo que aspira a la salud y a la vida.
Jesús, modelo de nuestra actuación pastoral
Jesús, modelo de nuestra actuación pastoral
Como Jesús y en su nombre
1. La atenta contemplación de Jesús, de su vida, sus palabras, sus gestos, su forma de afrontar el sufrimiento y la muerte, su trato y relación con las personas, especialmente con las enfermas, ayudarán al agente de pastoral a configurar su estilo de presencia junto al enfermo y a desempeñar fielmente su misión en el nombre del Señor.
Actitud ante el sufrimiento
2. Jesús se nos muestra como un hombre que vive la vida intensamente, con una profunda alegría interior enraizada en la experiencia gozosa del Padre y de su Reino. Esta experiencia no le aleja del sufrimiento de las gentes. Jesús se conmueve profundamente ante el dolor de los otros (Mt. 9,36; 14,14; 15,32).
Jesús no ama el sufrimiento ni lo busca, pero sabe aceptarlo, cuando lo encuentra en su propia vida, y lo asume activamente como la ocasión más realista para mostrar su amor y confianza total en el Padre (Jn. 14,31; Lc. 23, 46) y su amor y solidaridad incondicional a los hombres (Lc. 23,34). El sufrimiento no desaparece pero es transformado y vencido por el amor (cf. SD 14-18).
La experiencia del sufrimiento no le endurece ni le encierra en sí mismo, antes bien le hace sensible al dolor ajeno y capaz de "auxiliar a los que se ven probados" (Heb. 2,18) y de identificarse con todos los que sufren (Mt. 25, 35-40)-
Actitud ante la muerte
3. Jesús se sitúa ante su propia muerte de manera consciente. La acepta libremente "Nadie me quita la vida, soy Yo quien la da" (Jn. 10,18). Es la consecuencia de su fidelidad a sí mismo, a Dios y a los hombres de quienes se siente solidario. Esa fidelidad no le exime de sentir miedo, tristeza, angustia y soledad, pero al propio tiempo cuenta con la fuerza que le viene del Padre para asumirlos ( Lc. 22, 40-46). Jesús muere como ha vivido, abandonándose en las manos de Dios (Lc. 23,46).
Los enfermos, campo privilegiado de la actuación de Jesús
4. El mundo de los enfermos aparece en los evangelios como el campo privilegiado de la actuación de Jesús. Esta es el signo y modelo de su acción liberadora y salvadora (Mt. 11, 5; 12,28), pues la enfermedad es vivida, en tiempos de Jesús, como una experiencia de abandono y desamparo, de máxima pobreza, de la maldición divina y de marginación social.
Jesús se acerca a ellos por amor
5. Jesús está cerca de los enfermos. A veces son ellos los que salen a su encuentro (Mt. 9, 27), a veces son llevados por los familiares o amigos (Mc. 2,4). En ocasiones es él quien se acerca a ellos o les llama (Lc. 13,12; 18,40).
Jesús se acerca a ellos movido únicamente por su amor. No le mueve el interés o un afán proselitista (Mc. 5,19), ni un deber profesional, ya que no es médico. Tan sólo su amor total a los necesitados. De El se dirá "Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo" (Hch.10,38).
les atiende en sus necesidades
6. Jesús busca el encuentro personal con los enfermos. Les acoge, escucha, comprende, interpreta sus deseos, les infunde fe, aliento y esperanza.
Jesús libera a los enfermos de su soledad. Les ayuda a descubrir que no están solos y abandonados de Dios. Les ayuda a creer de nuevo en la vida, la salud, el perdón y la reconciliación con Dios.
Jesús pone un especial interés en romper la marginación en que se abandona a algunos enfermos. Busca el contacto humano con ellos por encima de las normas que lo prohiben (Mc. 1,41) y los reintegra en la vida social dándoles posibilidades de oir, ver, hablar, caminar y valerse por sí mismos (Mc. 7,34-35; 8,25;Jn. 5,8).
cuenta con ellos
7. Jesús estimula el protagonismo de los enfermos, no anula su iniciativa. "¿Quieres curarte?" "Levántate, carga con tu camilla y echa a andar" (Jn. 5,6,8). "¿Qué queréis que haga por vosotros?" dice a los ciegos de Jericó (Mt. 20,32).
Jesús pone siempre de relieve la fe del enfermo: "Tu fe te ha curado" (Lc. 18,42). Acoge el deseo y la fe de los que le piden la curación: "Que se cumpla según lo que deseas" (Mt. 15,28).
Jesús cura-sana-salva a toda la persona
8. Jesús no cura sólo la enfermedad exterior, ofrece en la curación corporal la sanación interior de la persona; le libera de la culpa y le reconcilia con Dios (Mc. 2,5); le abre al mensaje de la Buena Nueva (Mc. 7,34); le ayuda a reconocer las causas del mal (Jn. 5,14); le devuelve la paz y la salvación total de parte de Dios (Jn. 5,14).
Jesús dialoga con los alejados
9. El encuentro de Jesús con la samaritana (Jn. 4,5-30) refleja su actitud y comportamiento con la persona alejada y muestra los recursos que utiliza para llegar con ella a un diálogo pastoral. El encuentro nace de unas necesidades: la sed y el cansancio de Jesús y el ir a por agua de la samaritana. La conversación inicial está llena de ambivalencias, de recelos y prejuicios. Jesús, partiendo de esta ambivalencia, le ayuda a situarse ante el problema, valora su sinceridad, le descubre el sentido nuevo de la vida y le revela quién es. La samaritana experimenta, gracias a ello, un proceso de cambio interior que le lleva a aceptar su propia historia y a ser ella misma portadora de la Buena Nueva a sus vecinos.
acompaña a las personas en crisis
10. El encuentro de Jesús con dos discípulos camino de Emaús (Lc. 24,13-35) es una muestra de su comportamiento con personas que están atravesando una crisis. Jesús se acerca a ellos y se hace compañero de camino; se interesa por lo que les pasa; les escucha y sintoniza con su estado de ánimo; les enseña a leer, desde la fe y las Sagradas Escrituras, el sentido de lo que está ocurriendo. Ellos reviven sus experiencias. El gesto de acogida y la fracción del pan les lleva a recuperar de nuevo su fe personal y comunitaria y el gozo interior. Jesús desaparece y los discípulos vuelven a la comunidad donde comparten sus vivencias.
enseña la relación con el prójimo que sufre
11. En la parábola del "buen samaritano" (Lc. 10,29-37) indica Jesús cuál debe ser la relación con el prójimo que sufre: no pasar de largo sino pararse junto a él; conmoverse y compadecerse de él y de su desgracia; ofrecerle ayuda, dentro de lo posible, eficaz, poniendo en ella todo el corazón y dándose a sí mismo. (SD 28).
Jesús elige su grupo, lo forma y comparte con el su misión
12. Jesús dedica una parte importante de su tiempo a ser educador y animador de agentes de pastoral. Elige un grupo de colaboradores (Mat. 10,1-4; Mc. 3,13-19). Da preferencia en su trabajo a la formación del mismo, siguiendo como educador su proceso paso a paso: en el grupo cada uno manifiesta su manera de ser (Mc. 8,32), su proceso de adaptación al mismo, sus intereses y egoísmos (Mc. 10,37), sus experiencias. Jesús los lleva con él y hablan de lo que han vivido (Mc. 1,17); confronta sus intereses con los del Reino de Dios (Lc. 22,2430); manifiesta su disconformidad con ciertas maneras de pensar de algunos del grupo (Mat. 20,26-28; Mc. 9,35); les envía a encontrarse con las personas y posteriormente revisan su actuación (Mc. 6,30; Lc. 9,9-10); les anima ante los fracasos (Mat. 5,11-12); les ayuda a vivir la realidad hecha de contradicción y de momentos difíciles, por fidelidad al Reino de Dios.
Jesús sigue hoy junto al enfermo
13. Jesús, el Señor, por su Espíritu sigue estando presente junto a cada enfermo como un compañero de viaje que comparte su situación, da sentido y contenido a su existir, infunde aliento, coraje y paciencia para luchar, es consuelo en la inseguridad y angustia, ofrece la vida de Dios que cura el mayor mal que es el pecado y posibilita vivir toda la existencia de una forma nueva.
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