El próximo 10 de septiembre se conmemora el Día
Mundial para la Prevención del Suicidio. Cada año, desde el Teléfono de la
Esperanza, intentamos realizar acciones tendentes a sensibilizar sobre la
realidad del sufrimiento psicológico intenso y la prevención del suicidio.
Desde esta perspectiva, el ofrecimiento de
recursos de ayuda es un factor clave y constituye el objeto social del Teléfono
de la Esperanza; ayudar a paliar el sufrimiento psicológico a través de
distintas formas de intervención. La más conocida, la atención y el
acompañamiento a través del teléfono, pero además: la intervención individual
en la sede, previa cita, con profesionales del ámbito sanitario y psicosocial;
la acción mediante grupos terapéuticos y de desarrollo personal; y las campañas
dirigidas a sensibilizar o promover la transformación social desde nuestro
ámbito de actuación.
Bajo el lema de la campaña, trabajar en favor de
la prevención requiere sensibilizar a la población sobre esta realidad; hay
personas que tienen deseos de morir, personas que han perdido las ganas de
vivir.
El lema escogido para este año es una cita
literaria de un gran escritor. Shakespeare es, sin lugar a dudas, uno de los
escritores que, con mayor acierto, describe el universo psicológico del ser
humano. Bajo esta frase queremos llevar la reflexión de este año al dominio del
arte. Dice Albert Camus en “El mito de Sísifo”: “Si el mundo fuera claro, el
arte no existiría”. La expresión artística (escritura, pintura, fotografía,
teatro, etc.) siempre ha sido un vehículo adecuado para poner luz en la
oscuridad del sufrimiento.
Curiosamente, la experiencia nos muestra que, así
como escuchamos, observamos y experimentamos sin prejuicios el sufrimiento
expresado a través de las artes, cuando ese dejarnos afectar por el sufrimiento
de otro no procede de una obra artística, sino de una persona, la mayor parte de
las veces damos un paso hacia atrás.
El sufrimiento no nos deja indiferentes a
ninguno: al que lo expresa y aquel en el que se vierte lo expresado, pero
compartirlo nos permite a ambos superar esa realidad misteriosa de la vida y
saber que no estamos tan solos en este tránsito. “Es preciso aprender a
pasar de la sorda desesperación al sufrimiento oyente, y convertir así al
sufrimiento en expresión de sabiduría”, pero para eso necesitamos contar
con alguien que escuche, que nos acompañe en los momentos difíciles.
Creemos que no es preciso hablar de datos porque
la realidad es tozuda y, allí donde miremos es posible conocer a personas que
pasan por momentos de intenso sufrimiento psicológico.
La Asociación Internacional para la Prevención
del Suicidio (IASP) ha escogido este año como slogan “Trabajando juntos por
la prevención del suicidio”. Se resalta así la perspectiva comunitaria para
la prevención; Porque el sufrimiento es cosa de todos.
Existen recursos comunitarios para ayudar a las
personas que atraviesan esta situación. El Teléfono de la Esperanza es uno de
ellos. si nos necitas, llamalos: 717 003 717
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