1.- Salmo 22
El Señor es mi
pastor, nada me falta:
en verdes
praderas me hace recostar.
Me conduce
hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas;
me guía por el
sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine
por cariadas oscuras, nada temo,
porque tú vas
conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una
mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi
copa rebosa.
Tu bondad y tu
misericordia me acompañan
todos los días
de mi vida,
y habitaré en
la casa del Señor por años sin término.
Gloria al
Padre y el Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
2.- Escuchamos
las palabras de Jesús.
Nos
dice Jesús: "No perdáis la calma. Creed en Dios y creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas estancias. Por eso os digo que me voy a
prepararon sitio. Y cuando vaya y os prepare sitio volveré y os llevaré
conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros"
(Jn 14,1-3).
(Silencio de
oración)
3.- Oramos
recitando juntos el Padrenuestro
Dios y Padre
nuestro, haz que N. pueda disfrutar de la paz, del gozo y del descanso eterno,
y que también nosotros un día nos podamos encontrar con él y junto a ti en la casa del Cielo.
Padre nuestro que está en el cielo….
4.- Oremos:
- Te pedimos, Padre de bondad, que escuches nuestra oración por N. y por
todos los fallecidos en esta epidemia.
- Sabemos por la fe que la muerte ha sido vencida en la Cruz, de la que nace
la vida resucitada que hoy te pedimos para N.
- Tú que le creaste a imagen tuya y le amas como hijo/a, haz que viva en la
felicidad de tu Reino, donde también esperamos encontrarnos todos juntos para
siempre. Amén.
+ Dales Señor el descanso eterno,
R/ y brille sobre ellos la luz
eterna
+ Descansen en paz,
R/ Amén.
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