Laura García es la presidenta de la Fundación de El Sueño de Vicky aunque a ella le gusta decir que es la madre de Vicky a secas. Ella como muchas familias creía que era una persona feliz, que tenía todo lo que quería, una familia unida y ejemplar, un buen trabajo hasta que todos sus planes se torcieron ante un acontecimiento nada esperado por ninguno. Vivían en Panamá con un buen trabajo, y fue allí cuando al cumplir su hija pequeña dos años pensaban que le había picado un bicho en un párpado y lo que pensaban que iba a ser algo anecdótico se convirtió en una enfermedad dura y temida: cáncer.
“En ese momento nuestra vida cambió, fue un tsunami, se lo llevó todo por delante, yo sentí cómo el corazón se te rompe en mil pedazos. Nos volvimos a España y en el vuelo yo le pedí a Dios que se cayera el avión y nos muriésemos todos juntos. Pensé que no iba a ser capaz de sobrellevar el dolor que se nos venía”.
Se confirmó el diagnóstico, Vicky tenía un tumor cerebral, la familia se recorrió el mundo entero y desde el primer momento la niña siempre tenía una sonrisa que mostrar. “La manera de responderla era con esa misma sonrisa”.
Los niños que no entienden el futuro, les daban lecciones diarias, ellos entienden el aquí y el ahora, de esta forma vivía Vicky. En el tiempo que estuvieron en el hospital, hubo episodios donde la pequeña sufrió pero la familia llevó la enfermedad de la mejor manera posible. No pudieron vencer a la enfermedad pero Vicky enseñó a su madre Laura a pelear. “La vida nunca te enseña al fracaso”. Pero la fe en la familia de Vicky ha hecho que el legado continúe.
Toda la información para participar en el proyecto solidario de Hijos de la Resistencia con El Sueño de Vicky:
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