La Pastoral de la Salud es la acción evangelizadora de todo el
Pueblo de Dios, comprometido en promover, cuidar, defender y celebrar la vida;
haciendo presente la misión liberadora y salvífica de Jesús en el ámbito de la
salud. En el Documento de Aparecida encontramos que «La Pastoral de la Salud es
la respuesta a los grandes interrogantes de la vida, como son el sufrimiento y
la muerte, a la luz de la muerte y resurrección del Señor» (Aparecida 418).
También se menciona que el sufrimiento humano es una experiencia especial de la
cruz y de la resurrección del Señor en la vida de las personas (Ap 420).
Magisterio,
salud y sufrimiento
En la Carta Apostólica Salvifici Doloris
(1984), el Papa Juan Pablo II habla del «carácter creador del sufrimiento», porque «el
sufrimiento de Cristo ha creado el bien de la redención del mundo» (SD 24).
Aquí habla del «valor
salvífico del sufrimiento», pues todos los sufrimientos humanos pueden ser penetrados por la
fuerza de Dios que se ha manifestado en la cruz de Cristo. Es verdad, sólo
Cristo es fuente de salvación, pero este poder salvador Él lo comunica a todo
amor que se expresa en el sufrimiento humano (SD 1). En 1992 el Papa Juan Pablo
II instituye la Jornada Mundial del Enfermo; su día oficial es el 11 de
febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes.
También encontramos en los documentos del
Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud la Carta de los Agentes de
Salud (1995), «Custodios
y servidores de la vida humana», estructurada en sus tres partes: engendrar, vivir, morir. La Carta es una
síntesis de la posición de la Iglesia sobre el valor de toda vida humana.
Asimismo, en la Carta Encíclica Dios es Amor (2005), Benedicto XVI nos dice que
practicar el amor hacia las viudas y los huérfanos, los presos, los enfermos y
necesitados, pertenece a la esencia de la Iglesia tanto como el servicio de los
sacramentos y el anuncio del Evangelio (D A 2).
Pastoral
de la salud y Salud mental
La pastoral de la salud atiende el bienestar
espiritual, físico y mental. La salud mental es el resultado de la manera
en que transcurren las percepciones, los pensamientos, las emociones, las
creencias y demás contenidos en nuestra mente, los cuales se encuentran
íntimamente afectados por factores genéticos, biológicos y de la historia
particular de cada persona y su familia, así como por aspectos culturales y
sociales. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida,
desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez.
La Organización Mundial de la Salud (OMS),
define la salud mental como: “un
estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias
capacidades puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de
forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su
comunidad.” (2013). En psicología la salud mental se entiende como un estado en el
cual la persona se encuentra bien adaptada, siente gusto por la vida y es capaz
de lograr su autorrealización. Pacheco (2005), resalta algunas de las
características de las personas sanas mentalmente: • Están satisfechas consigo
mismas. Pueden aceptar las decepciones de la vida sin alterarse dramáticamente.
Tienen una actitud tolerante y relajada respecto a la propia persona y a los
demás. • Se sienten bien con los demás. Son capaces de amar y tener en
consideración los intereses de los demás. • Son capaces de satisfacer las
demandas que la vida les presenta. Aceptan sus responsabilidades ante los
problemas que se van presentando.
¿Qué
son los problemas mentales?
Un problema mental se produce a raíz de una
alteración en las áreas emocionales, cognitivas y de comportamiento. Implica
dificultades para razonar, alteraciones del comportamiento, comprender la
realidad y adaptarse a diversas situaciones. Algunos problemas mentales son
más comunes y menos persistentes en el tiempo (la tristeza, ansiedad o
insomnio) que pueden generarnos malestares, pero no llegan a provocar un
deterioro significativo en la vida cotidiana. El trastorno o enfermedad mental
grave se caracteriza por una duración prolongada (depresión, esquizofrenia) que
conlleva un grado variable de discapacidad y disfunción personal, familiar y
social.
¿Cuáles son las señales de un problema de
salud mental? Los problemas de salud mental tienen signos de advertencia como:
cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño, aislarse de las personas y
actividades que disfruta, tener nada o poca energía, sentirse vacío o como si
nada importara, tener dolores y molestias inexplicable, sentirse impotente o
sin esperanza; sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto,
preocupado o asustado; tener cambios de humor severos que causen problemas en
sus relaciones; tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza;
escuchar voces o creer cosas que no son ciertas; pensar en lastimarse a sí
mismo o a otros; no poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos o ir
al trabajo o la escuela.
Según el
magisterio católico, la psicología puede ser muy útil al bienestar del
matrimonio, de la familia, y a la paz de la conciencia (Gaudium et spes, 52).
Las acciones pastorales podrían con su ayuda, “escuchar a otros en el espíritu
del amor y abrirse espiritualmente a las diferentes situaciones humanas”
(Optatam totius, 19). En este sentido se puede decir que, en la Pastoral de la
salud, la psicología estudia los procesos psicológicos relacionados con las
situaciones o acciones de crisis de los seres humanos, con sus dinámicas
específicas. Asimismo, el agente de la Pastoral de la Salud ayuda a darle
un giro saludable al estado de ánimo de los enfermos y a las familias para
llevar la luz y esperanza a aquellos que se sienten solos abatidos. De esta manera
la salud mental contribuye con la fe a irradiar el don y el pensamiento de
Cristo Jesús en los que sufren (Mc 2,1-12). Jjjjjjjulius Maxi
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