jueves, 9 de enero de 2025

Temas de formación de la Campaña del Enfermo 2025: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24).

 


Introducción

Este año 2025 la Campaña del Enfermo está determinada por celebrarse en un año Jubilar. El Papa Francisco nos propone como lema para este Jubileo: “Peregrinos de Esperanza”, que hacemos lema de nuestra Campaña con un tema en consonancia: “En esperanza fuimos salvados” (1) . En consonancia con este acontecimiento tan importante que viviremos en la Iglesia nos ha parecido oportuno centrar la reflexión en los Temas de Formación en qué es un Jubileo en la vida de la Iglesia, el sentido de este Jubileo de 2025 y diversos aspectos de la esperanza en la que somos peregrinos.
Para ayudarnos en la reflexión seguiremos fundamentalmente algunos documentos Pontificios particularmente sugerentes. Vale la pena releerlos y meditarlos en este Año Jubilar centrado en la esperanza para que nos ayuden a vivir “alegres en la esperanza” (2) y contagiar a todos esta alegría de vivir:

  1. Encíclica “Spe salvi” de Benedicto XVI
  2. Catequesis sobre la esperanza del Papa Francisco en las Audiencias Generales del 7 de diciembre de 2016 al 25 de octubre de 2017.
  3. Carta del Papa Francisco a Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, para el Jubileo 2025.
  4. Bula de Convocación del Jubileo, “Spes non confundit”.

En la Nochebuena de 2024, en vísperas de la Navidad, el Papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, iniciando oficialmente el Jubileo de la Esperanza 2025. En la ceremonia, el Santo Padre aseguró que al comenzar este año jubilar “entramos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se revele a todo hombre y a toda mujer el camino de la esperanza que no defrauda (…) Con la apertura de la Puerta Santa damos inicio a un nuevo Jubileo. Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia (…) Para acoger este regalo, estamos llamados a ponernos en camino con el asombro de los pastores de Belén. El Evangelio dice que ellos, habiendo recibido el anuncio del ángel, ‘fueron rápidamente’. Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente”. Se trata, por tanto, de adentrarnos en este misterio de gracia, de crecer en la intimidad con el Señor en la oración. Sólo así “cuanto más enraizados estamos en Cristo, cuanto más cercanos estamos a Jesús, más encontramos la serenidad interior” (3) y podremos ser instrumentos de esperanza, de alegría y consuelo para nuestros enfermos. Para ayudarles a ellos, y a cuantos les cuidan, a vivir este tiempo especial de gracia tendremos que dejarnos inundar de la Misericordia del “Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros seamos capaces de consolar a los que se encuentran en cualquier tribulación, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque, así como abundan en nosotros los padecimientos de Cristo, así abunda también nuestra consolación por medio de Cristo. Pues, si somos atribulados, es para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, es para vuestro consuelo, que muestra su eficacia en la paciencia con que soportáis los mismos sufrimientos que nosotros. Y es firme nuestra esperanza acerca de vosotros, porque sabemos que, así como sois solidarios en los padecimientos, también lo seréis en la consolación (4)

Notas

1 Rom 8,24.
2 Rm 12,12.
3 Papa Francisco, Homilía del III Domingo de Adviento de 2017.
4 II Cor 1, 3-7.

Temas de formación:


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