martes, 3 de diciembre de 2013

TEMA 4. Visitar a los enfermos: el visitador a prueba

TEMA 4.VISITAR A LOS ENFERMOS: EL VISITADOR A PRUEBA

    El enfermo que visitamos no puede ser un <<extraño>> para nosotros durante mucho tiempo. Muy pronto su vivencia nos va a remitir a nuestra propia vida, zarandeando y perturbando nuestra propia imagen…

    La enfermedad, ya sea física o psicológica, amenaza la integridad de la persona, desarma al que la padece y pone a prueba la seguridad del que la contempla. Los dos, desamparados ante lo inesperado, están preocupados, lo reconozcan o no. La enfermedad zarandea nuestra jerarquía de valores y cuestiona nuestras certezas. Pone en duda nuestras evidencias y trastorna nuestras ideas preconcebidas.

    La crisis que vive el enfermo nos recuerda también nuestros límites, nuestras fragilidades y, finalmente, nuestra propia muerte. Para encontrarnos de verdad con un enfermo, necesitamos plantearnos seriamente nuestros propios interrogantes esenciales. También nosotros entramos en crisis y somos puestos a prueba.

    Para ayudar a la persona a la que visitamos a pasar mejor su tiempo de enfermedad, y para no perdernos con ella en la tempestad, es tremendamente importante haber podido identificar nuestros propios miedos. Es importante, que tengamos la paz suficiente para poder vivir confiados en Aquel que calma la tempestad y nos dice: <<¿por qué teméis, hombres de poca fe?>>.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO:

  1. Recordar algún encuentro con enfermos que me haya impresionado y trastornado…
-         ¿Cómo fue exactamente? ¿Qué sentí?
-         ¿Cómo reaccioné? ¿Con el silencio, la huída, con una catarata de palabra que intentaban explicar y tranquilizar? ¿De otra manera?

  1. ¿Cómo viví aquel determinado acompañamiento de larga duración durante el cual el enfermo pasó por momentos de rebeldía, de mutismo, de depresión o de ilusiones en relación con su enfermedad?
-         ¿Qué medios utilicé para <<aguantar>> y compartir lo que esta persona vivía?
-         ¿He <<sufrido>> con ella? ¿Qué evoca para mí la palabra <<compasión>>?

  1. Reflexionando sobre estas experiencias
-         analizar lo que ha cambiado en mí;
-         ver las repercusiones de esta evolución en mi manera de creer, de rezar…

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

     * Juan 11: la resurrección de Lázaro
      v. 33: <<Jesús, al verla llorar (a María), y a los judíos, que también lloraban,   
      lanzó un hondo suspiro y se emocionó profundamente.
Después les preguntó:
-         ¿Dónde le habéis enterrado?
      Ellos contestaron:
-         Ve, Señor, y te enseñaremos su sepulcro>>
      v. 35: <<Y Jesús…>>
v. 38: <<Jesús, emocionado de nuevo profundamente, se acercó más al sepulcro>      
              
* Otros textos
      -     Mc 4, 5, 35-41: <<Dijo al lago: ¡Cállate! ¡Enmudece!
-         Rom 12, 15: <<Llorad con los que lloran…>>
-         Hb 2, 18: <<precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba>>.

ORACIÓN
Señor,
He salido solo, en mi barca.
Y no encuentro nada estable, sólo agua.
No sabría dónde colocar mis pies.
He aceptado seguirte.
No sé dónde estás.
¿Cómo adivinar a dónde tengo que ir?
Estoy remando solo en mi barca.
Siempre se está solo algún día, y pesa
La soledad en medio del mar.

Estoy aquí, solo.
El silencio de Dios es más espeso que nunca;
la ausencia de Dios, ¿quién la puede soportar?
Y, sin embargo, remo y las olas me bambolean.
Ya no aguanto más. ¡Basta!
Toma mi vida, no soy mejor que mis padres…
Quisiera detenerme,
volver a tierra firme y dormir para siempre.

¿Qué oigo? ¿Qué veo?
Un rostro amigo.
Hay alguien conmigo.
No estoy solo en mi barca,
alguien rema a mi lado.
Estás aquí, Señor, embarcado también tú
en la gran aventura de la esperanza y de la vida.
Estas aquí, Señor, y ya somos dos…
tres…, mil… los que remamos.
Están todos tus amigos aquí, con nosotros,
en la barca.                                                                         Paul Grostefan

No hay comentarios:

Publicar un comentario