La Rioja suma este domingo doce nuevos fallecimientos con coronavirus (219 personas han fallecido ya en la región a consecuencia de la pandemia), en una jornada en la que la nota positiva vuelve a ponerla el descenso de casos activos: actualmente son 1.640 (39 menos que hace 24 horas).
Se han confirmado en la última jornada 56 nuevos casos de COVID-19, para un total de 3.279 positivos en La Rioja. En cuanto a los hospitalizados, en la última jornada se han producido 83 altas y ya son 1.420 los curados.
Estos son los datos facilitados por el Gobierno de La Rioja:
- Casos activos: 1.640 (-39)
- Casos confirmados acumulados: 3.279 (+56)
- Total altas: 1.420 (+83)
- Altas hospitalarias: 565 (+36)
- Altas domiciliarias: 855 (+47)
- Fallecidos: 219 (+12)
- Total ingresados: 366 (+4)
- Ingresados en planta: 338 (+7)
- Ingresados en UCI: 28 (-3)
- Casos descartados: 6.624 (+262)
- Salidas de atención domiciliaria: 3.911 (+41)
Salud ha elaborado una instrucción para que los residentes de centros sociosanitarios puedan solicitar la baja o suspensión voluntaria para desplazarse a su domicilio, siempre que sus familiares puedan hacerse cargo. Ello, siempre que la prueba de coronavirus haya resultado negativa.
Y ha avanzado que se le habrá practicado también un test para conocer su situación inmunitaria. Eso sí, por el momento no está previsto que a los familiares de estas personas se les realice la prueba del COVID-19.
Si el residente opta por la suspensión temporal, este mantendrá el derecho a ocupar y retornar a esa misma plaza residencial una vez finalizado el Estado de Alarma. En este caso, la persona residente en plaza pública deberá cumplir con las obligaciones administrativas y de abono del precio público correspondiente.
Si la persona tiene reconocida una prestación vinculada al servicio, se le seguirá abonando siempre y cuando siga abonando el pago al centro.
El protocolo contempla además la baja de la prestación del servicio residencial. En el caso de las plazas públicas y privadas en las que la persona usuaria perciba una prestación vinculada al servicio, la renuncia a la plaza implicará la extinción del servicio o de la prestación.
Si la persona residente está incapacitada será la persona tutora la que solicite el traslado a su propia vivienda o a la de la persona residente. Si la solicitud la realiza otra persona distinta a la tutora, el centro no autorizará la solicitud.
En caso de que la persona residente no se encuentre incapacitada pero no tenga el suficiente juicio para autodeterminarse, será el centro, a través de su equipo técnico, el que evalúe la solicitud.
En relación al supuesto anterior, el protocolo establece que podrán solicitar el traslado la persona cónyuge o familiares en primer grado de consanguinidad ascendientes o descendientes. Además, si la persona solicitante coincide con la persona que el centro tiene registrada como persona de referencia y con la que habitualmente mantiene el contacto, la dirección sí dará curso a la solicitud.
Si quien solicita el traslado es una persona diferente a la que el centro tiene registrada como referente del residente, la dirección del centro contactará con la persona referente para informarle sobre dicha solicitud que deberá aprobar.
Los directores de los centros ya están al tanto del procedimiento y los familiares pueden solicitar a esas direcciones de los centros las bajas o suspensiones. Serán los centros los que tramiten la solicitud a la Consejería de Servicios Sociales que, tras revisarla junto a la Consejería de Salud, resolverá según el caso.
A la salida del centro, se proporcionarán mascarilla y guantes para el desplazamiento al domicilio y la dirección del centro tiene que comprobar que esté presente el familiar que haya firmado el compromiso de cuidados. Esta persona recibirá también del centro un justificante para el trayecto.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”. (Papa Francisco)
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