SECRETARIADO
DIOCESANO DE PASTORAL DE LA SALUD
1. EL AGENTE DE PASTORAL DE LA SALUD
“Id proclamando que el reino
de los cielos está cerca. Sanad enfermos” (Mt 10,7-8)
EL VISITADOR DE ENFERMOS O EL AGENTE
DE PASTORAL DE LA SALUD
¿QUIÉN ES?
¿Quién es
el visitador de enfermos o el agente de Pastoral de la salud?
·
Es
un creyente cristiano que vive su fe con un compromiso.
·
Es
una persona que tiene una vocación, y que realiza una tarea misionera.
·
Alguien
que se siente llamado por Dios para estar cerca del que sufre. Va a ser su
presencia amorosa. Por tanto es un enviado.
Enviado por Jesucristo para hacer lo que El
hizo en la tierra: escuchar, acompañar, aliviar a los enfermos.
Enviado por la comunidad. Representa a la
comunidad parroquial que le envía para que en su nombre, esté cerca de los enfermos
y les ofrezca su apoyo.
CUALIDADES Y ACTITUDES
Estas
cualidades (las características, los conocimientos…) y actitudes (la forma de
actuar cada uno, el comportamiento que tiene…), le servirán al visitador de
enfermos para ir trabajando una forma de ser y de vivir que le ayudará cuando
tiene que relacionarse con el enfermo, el sufrimiento y todo que le rodea.
Y también
cuando tiene que relacionarse con la vida parroquial.
Ante todo
es:
PERSONA ESPIRITUAL
-
Que
valora la vida espiritual y vive la relación con Dios a través de la oración.
-
Que
contempla el misterio del sufrimiento donde Dios está siempre acompañando al
que sufre.
-
Que
quiere estar cerca del que sufre, para consolarle y servirle de apoyo. De tal
forma que el enfermo se sienta ayudado a vivir su situación con la compañía
amorosa del Padre.
Abierta al trabajo en EQUIPO
-
Cree
y favorece el trabajo en equipo.
-
Y
tiene capacidad de trabajar en equipo.
-
Receptiva
a las aportaciones de los otros.
-
Con interés por la formación. Con esfuerzos para
cultivar su inteligencia y su conocimientos. Y de cuidar un corazón afable,
bondadoso. Siempre con deseos de
prepararse para hacer el trabajo con los enfermos, lo mejor posible.
Es una persona rica en:
HUMILDAD
Humildad sinónimo de calidad de persona.
Para acercarse al enfermo con actitud humilde, comportamiento
humilde, acogiendo sus creencias, convencidos de que vamos a aprender y no
sentirnos maestros.
Humildad y realismo. Con frecuencia la persona a la que
visitamos, está en situación de sufrimiento y necesita que nos acerquemos
dándonos cuenta de lo que ella está pasando. En un encuentro así verás que tu
diálogo no debe tener palabras vacías, como: tienes que tener ánimo, esto pasa
pronto.
No estamos para dar diagnósticos de lo que le pasa al
enfermo, pero sí, para acoger sus sentimientos. Ejemplo: Un anciano dice “me
voy a morir pronto”, y nosotros le contestamos, ¿por qué dice eso, cómo se
encuentra?...O “tiene muchos años y piensa que puede llegar la muerte ?
Otro puede decir: “estoy muy solo, me han olvidado”.
Otro: “Veo que esto no mejora”
Nuestra respuesta siempre con realismo, centrada en la
persona y en sus sentimientos.
Comunica:
SENCILLEZ Y SERENIDAD
Despertando confianza.
Estas actitudes se reflejan en nuestras expresiones, en el
tono de voz y en nuestros gestos sencillos, con naturalidad, con serenidad y
seguridad.
No son las palabras altisonantes las que más ayudan al
enfermo. Hay preguntas que se plantean no para ser contestadas sino que ellas
mismas interrogan a la persona que las plantea. Ejemplo: Uno dice ”yo ya no voy a ser lo que era, cada día
estoy más torpe…” No tiene necesidad de nuestra respuesta, se siente con
confianza para pensar en alto.
Atentos, sin fingimiento ni dobleces. Que no demos mala
impresión. Siempre delicados, con cuidado como para no molestar. ( como
puntillas ).
Ofrece:
PACIENCIA
La situación de enfermedad cambia a las personas, (las hace exigentes,
centradas en sí mismas…)
Por eso se necesita paciencia para escuchar todo tipo de
desahogos.
En el mundo de la enfermedad y el sufrimiento, la duda y la
pregunta; el temor y la esperanza, son ingredientes que siempre están presentes.
COMPRENSIÓN
Comprender sus expresiones y comportamientos: Si repite los
argumentos… Si está inquieto. Comprenderle y además creerle, hacemos cargo de
lo angustiado que se siente y mostrarnos comprensivos para que el enfermo vea
que le creemos.
Actitud comprensiva no es ser blandengue, es decirse a sí
mismo: quiero comprenderte, pero aunque no te comprenda, aunque no entienda lo
que piensas y lo que estás viviendo, yo te acojo así, tal como te sientes.
RESPETO
Al enfermo y a la familia, aunque veamos cosas que nos
sorprenden. Pues como decimos, la enfermedad nos cambia y no sabemos lo que
haríamos si nosotros estuviéramos en su lugar.
Respetar, también las convicciones y las creencias, “las
manías”, sabiendo que nosotros no vamos a dar lecciones.
Jesús invitó a no juzgar, ni siquiera cuando hay razones
visibles para ello. Tampoco yo te condeno (Jn 8,10-11) .
El Visitador de
enfermos o Agentes de Pastoral es:
PRUDENTE
Todo el actuar tiene que estar regido por la Prudencia y la Discreción.
-
En
el decir o no decir, como hay que
decirlo, y lo que hay que callar.
-
En
el hacer. Siempre muy correctos. No
invadir el terreno del enfermo. Permanecer a una distancia prudente.
-
En
el mirar: concentrar nuestra atención en el enfermo o su familia. Intentar captar
la situación, sin mirar descaradamente, sin curiosear el recinto donde estemos.
Una imprudencia nos puede estropear y los asuntos de los que
se tenga conocimiento a través de este servicio del voluntariado.
DISCRETO
Con todas las confidencias y los asuntos de los que se tenga
conocimiento a través de este servicio del voluntariado.
Vive en:
DISPONIBILIDAD
Que nos tiene que llevar a estar:
Despiertos para captar la situación del enfermo, conocer sus
sensibilidades, gustos y necesidades…
Despiertos: No quiere decir curiosos, meternos en lo que no
se debe; mirar fiscalizando todo. No. Despiertos con una mirada observadora,
tratando de conocer su realidad-
Despiertos para dar apoyo, ayudar, pero también para recibir.
Porque los enfermos nos enseñan muchas cosas, entre otras, nos ayudan a “mirar
la vida con agradecimiento, a valorar lo importante”.
Y dispuestos para dar nuestro tiempo, que nosotros
consideramos es muy valioso.
Dispuestos para regalar nuestra escucha y nuestra comprensión,
cosa que supone esfuerzo, y que no es fácil hacerlo.
Cuando nos acercamos al enfermo, a veces llevamos la mente
ocupada con las cosas de nuestra vida: Las alegrías, tristezas, preocupaciones,
proyectos…todas nuestras vivencias. En el momento de estar con el enfermo tenemos
que dejar todo apartado y ponernos con la mente vacía, dispuestos para “acoger”
todo lo que quiera decirnos, o comunicarnos.
Esto es una forma de vivir la disponibilidad, “dar al enfermo
el regalo de nuestro tiempo”.
El modo de vivir la disponibilidad al igual que otras de las
cualidades que están aquí señaladas, va estar marcado por:
·
El enfermo: sus características y necesidades-
·
Las veces que le hayamos visitado. Y, le vamos
conociendo.
·
El grado de confianza que ya tengamos entre
ambos.
Así esta trayectoria de conocimiento y confianza que
tengamos, es la que dará la pauta de nuestro comportamiento.
Cuidado: la
experiencia no debe relajarnos y descuidar el modo de comportarnos.
Es importante estar atentos a la situación de cada momento y
a las necesidades del enfermo.
A primera vista parece fácil, pero bien vivido puede hacernos
cambiar nuestro modo espontáneo e impulsivo, por una actitud serena y de
acompañamiento.
¿QUÉ PODEMOS OFRECER?
Observamos su situación: Siempre lo que convenga para el enfermo.
Aquí damos alguna pista.
·
Se
necesita hablar, le escuchamos.
·
Si
le gusta escuchar, estar entretenido: le damos conversación.
·
Si
quiere soledad, saludarle y nos vamos. No
molestar.
·
O
puede preferir que le acompañemos en silencio.
·
Si
quiere moverse, le ayudamos a dar un paseo.
·
Igual
le gusta algún juego de mesa. O que le informemos sobre las noticias, sucesos,
etc.
·
Estar
atentos a sus necesidades básicas y que acaso no puede hacer por sí mismo:
Beber un sorbo de agua, abrigarse con una chaqueta o quitársela porque tiene
calor, sentarse cómodo…
Atento a:
LA ESCUCHA
Interesarse por el
mundo del enfermo que visitamos. Quizás sea este el primer significado de la palabra escucha.
No hay escucha sin interés.
Si no ponemos atención, oímos pero No escuchamos realmente.
Somos más dados a querer quedar bien con buenas palabras, que
aponernos a disposición de escuchar lo que nos quiere decir.
Todos. Desde los niños hasta los ancianos tienen necesidad de
ser escuchados. Pero no se nos ha enseñado a escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario