La oración con el enfermo y por
el enfermo.
1. La enfermedad
es un momento propicio para la oración. En el corazón de la persona enferma y
en sus seres queridos brota casi de forma espontánea la oración, la plegaria en
sus más diversas formas.
En la oración del enfermo tiene
un gran peso la realidad que está viviendo, cuenta igualmente su visión de
Dios, su temperamento, su historia personal, su educación religiosa, su medio
cultural... Cada enfermo tiene su forma original de orar y modalidades diversas
de dirigirse a Dios.
La oración y sus efectos
2. La oración es
uno de los recursos más importantes de los que dispone el agente de pastoral
para crear un clima de paz en torno al enfermo, para infundir ánimo al que
sufre, para abrirle solidariamente a otros enfermos y personas, para ayudarle a
descubrir la voluntad de Dios, para encontrar la energía necesaria a fin de
sobrellevar los dolores, para progresar en la identificación con Cristo
paciente, para dar gracias a Dios por sus dones, para realizar, finalmente, el
tránsito al Padre.
El enfermo protagonista de la
oración
3. La oración ha
de surgir de la necesidad y deseo del enfermo y ha de tener muy presente la
realidad que está viviendo el enfermo. Por ello, la oración con el enfermo
presupone la escucha del mismo, de sus vivencias y estados de ánimo, para
acoger la variedad de actitudes y reacciones: queja, impotencia, angustia,
amargura, desamparo y abandono, soledad, culpabilidad, rebeldía, confianza,
gozo, gratitud y alabanza.
El saber ponerse en sintonía con
la historia y el proceso interior de cada enfermo, permite al agente de
pastoral ayudarle y convertir su camino en camino con Dios por medio de la
oración que unas veces es oración de queja, otras de agradecimiento, otras de
entrega confiada, otras de súplica y de intercesión por los demás, otras de
contemplación del misterio o de alabanza y glorificación de Dios.
Orar con los salmos, orar como
Jesús
4. La Sagrada
Escritura ofrece innumerables y variadas oraciones de enfermos, especialmente
en los Salmos. El agente de pastoral sabrá escoger, proponer y utilizar la que
responda mejor a las necesidades espirituales del enfermo en cada momento.
Pero es sobre todo en Jesús,
modelo de oración, en quien debe inspirarse el agente para acompañar y ayudar
al enfermo a orar.
Oración por los enfermos y por
los moribundos
5. La oración por
los enfermos ha estado y está presente en la vida de la Iglesia y de sus
comunidades cristianas. La Iglesia ora por los enfermos en la Eucaristía, la
Liturgia de las Horas, la celebración de los sacramentos... El agente de
pastoral ha de orar por los enfermos y ofrecer
ocasiones y cauces comunitarios para orar con los demás enfermos, la
familia y la comunidad cristiana.
La oración por los moribundos,
siempre valorada por la tradición eclesial, se ve hoy dificultada a causa de la
atmósfera distraída, indiferente o asustada que muchas veces caracteriza el
ambiente donde muere el enfermo. Practicada con discreción y adaptada a las
circunstancias particulares y concretas de cada enfermo, constituye una ayuda
valiosa para el enfermo y sus familiares.
"La Iglesia—dicen las Orientaciones doctrinales y pastorales del Episcopado español— mientras el moribundo es consciente, ora
con él y por él, para ayudarle a vencer la angustia natural de la muerte.
Cuando el enfermo ya no puede rezar, la Iglesia ora por él y le entrega a la
Iglesia celeste" (RU 83).
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