jueves, 9 de junio de 2016

La oración con el enfermo y por el enfermo.


La oración con el enfermo y por el enfermo.

 

 
                                             La enfermedad, momento de oración

1. La enfermedad es un momento propicio para la oración. En el corazón de la persona enferma y en sus seres queridos brota casi de forma espontánea la oración, la plegaria en sus más diversas formas.

En la oración del enfermo tiene un gran peso la realidad que está viviendo, cuenta igualmente su visión de Dios, su temperamento, su historia personal, su educación religiosa, su medio cultural... Cada enfermo tiene su forma original de orar y modalidades diversas de dirigirse a Dios.

 

La oración y sus efectos

2. La oración es uno de los recursos más importantes de los que dispone el agente de pastoral para crear un clima de paz en torno al enfermo, para infundir ánimo al que sufre, para abrirle solidariamente a otros enfermos y personas, para ayudarle a descubrir la voluntad de Dios, para encontrar la energía necesaria a fin de sobrellevar los dolores, para progresar en la identificación con Cristo paciente, para dar gracias a Dios por sus dones, para realizar, finalmente, el tránsito al Padre.

 
El enfermo protagonista de la oración

3. La oración ha de surgir de la necesidad y deseo del enfermo y ha de tener muy presente la realidad que está viviendo el enfermo. Por ello, la oración con el enfermo presupone la escucha del mismo, de sus vivencias y estados de ánimo, para acoger la variedad de actitudes y reacciones: queja, impotencia, angustia, amargura, desamparo y abandono, soledad, culpabilidad, rebeldía, confianza, gozo, gratitud y alabanza.

El saber ponerse en sintonía con la historia y el proceso interior de cada enfermo, permite al agente de pastoral ayudarle y convertir su camino en camino con Dios por medio de la oración que unas veces es oración de queja, otras de agradecimiento, otras de entrega confiada, otras de súplica y de intercesión por los demás, otras de contemplación del misterio o de alabanza y glorificación de Dios.

 

Orar con los salmos, orar como Jesús

4. La Sagrada Escritura ofrece innumerables y variadas oraciones de enfermos, especialmente en los Salmos. El agente de pastoral sabrá escoger, proponer y utilizar la que responda mejor a las necesidades espirituales del enfermo en cada momento.

Pero es sobre todo en Jesús, modelo de oración, en quien debe inspirarse el agente para acompañar y ayudar al enfermo a orar.

 

Oración por los enfermos y por los moribundos
5. La oración por los enfermos ha estado y está presente en la vida de la Iglesia y de sus comunidades cristianas. La Iglesia ora por los enfermos en la Eucaristía, la Liturgia de las Horas, la celebración de los sacramentos... El agente de pastoral ha de orar por los enfermos y ofrecer  ocasiones y cauces comunitarios para orar con los demás enfermos, la familia y la comunidad cristiana.

La oración por los moribundos, siempre valorada por la tradición eclesial, se ve hoy dificultada a causa de la atmósfera distraída, indiferente o asustada que muchas veces caracteriza el ambiente donde muere el enfermo. Practicada con discreción y adaptada a las circunstancias particulares y concretas de cada enfermo, constituye una ayuda valiosa para el enfermo y sus familiares.

"La Iglesia—dicen las Orientaciones doctrinales y pastorales del Episcopado español— mientras el moribundo es consciente, ora con él y por él, para ayudarle a vencer la angustia natural de la muerte. Cuando el enfermo ya no puede rezar, la Iglesia ora por él y le entrega a la Iglesia celeste" (RU 83).

 

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