Actividades del servicio de
asistencia religiosa
El encuentro pastoral con el
enfermo.
Importancia del encuentro
1. En la
actividad del agente de pastoral tiene una gran importancia el encuentro
personal con el enfermo. Ha de ser la expresión de su fidelidad a las palabras
de Jesús: "Estuve enfermo y me
visitasteis" (Mt. 25, 36).
La cantidad de personas a
visitar, el riesgo de caer en la rutina y, a veces, la ausencia de una
preparación adecuada y de un método, pueden contribuir a hacer pesada y poco
gratificante esta importante actividad pastoral. Por lo cual es necesario
revisarla constantemente y perfeccionarla.
Visita amistosa y encuentro
pastoral
2. El agente de
pastoral ha de saber distinguir entre la visita amistosa y la relación pastoral
de ayuda. Mientras la primera es bueno brindarla a todos los enfermos, la
segunda es conveniente tan sólo para un grupo reducido de personas que están
dispuestas a recorrer un camino más largo, profundo y continuo. El
discernimiento de las diferentes necesidades y la oferta de respuestas
apropiadas, permiten al agente de pastoral distribuir de manera racional ayuda
a las personas que lo han pedido.
Paso de la conversación corriente
al diálogo pastoral
3. Tanto en las
visitas breves como en las más extensas, el agente de pastoral ha de saber
pasar de la conversación social al diálogo pastoral. Para ello, ha de:
• concentrarse más en la persona
que en los hechos externos;
• saber escuchar, ser comprensivo
y amable;
• aceptar la tensión del enfermo,
ayudándolo a afrontar la realidad, aunque sea dura;
• preocuparse más de ayudar que
de distraer, estando disponible al acompañamiento del enfermo;
• saber pasar de la discusión
sobre Dios a la experiencia de Dios y a la relación con él.
Organización de las visitas
4. Si la visita
diaria es un ideal a tener presente en la programación de la actividad
pastoral, no por ello ha de constituir un absoluto que absorba todas las
energías del agente de pastoral.
Teniendo como firme el principio
de que todos los enfermos tengan la posibilidad de un encuentro con el agente
de pastoral, han de estudiarse, para la organización de las visitas, formas
realistas y armonizadas con las otras exigencias del trabajo apostólico.
Plan pastoral
5. En el delicado
ministerio de la visita, el agente de pastoral ha de evitar la improvisación.
Ha de prepararla elaborando un plan de pastoral que después sabrá adaptar con
flexibilidad a las distintas situaciones.
Un plan pastoral implica señalar
objetivos claros y concretos y seleccionar los medios idóneos para conseguirlos.
Encuentro sin máscaras
6. Superando la
tentación de ampararse en el propio rol o de manifestar solamente algunos
aspectos de su propia personalidad, el agente de pastoral ha de trabajar por
ser él mismo y presentarse con su propia identidad, atento a sus sentimientos
que sabrá utilizar de manera apropiada en la relación con el enfermo y sus
familiares.
Estima y respeto
7. El agente de
pastoral ha de manifestar con su modo de actuar aquella estima y respeto
profundos que ayudan al enfermo a mantener el sentido de integridad de la
propia persona a pesar del desmoronamiento causado, en el cuerpo y en el
espíritu, por la enfermedad.
Respeto a la religiosidad
8. Hay que tener
el máximo respeto a la religiosidad del enfermo, evitando imponerle los propios
estilos de fe. A los que no creen o no practican, no hay que privarles de la
amistosa atención del agente de pastoral.
Es importante tener en cuenta y
no despreciar la "piedad popular". Para algunos enfermos la forma de
llegar a Dios y tener una conexión con el mundo de la fe, es su devoción a la
Virgen, a un santo o una santa. El encuentro pastoral comporta caminar por
sendas que no son, a veces, las del propio agente y acomodarse a la sencillez y
al candor de una confianza, de una fe y de un amor que Dios juzgará de forma
muy distinta a la nuestra.
Respeto del proceso de maduración
9. Consciente de
que tanto Dios como el enfermo tienen sus caminos, que no siempre coinciden
entre sí o con los nuestros, el agente de pastoral ha de respetar los pasos del
enfermo y la lentitud en el proceso de su maduración humana y cristiana.
Las actitudes símbolo del amor de
Dios
10. En una
perspectiva de fe, las actitudes humanas positivas del agente de pastoral, sus
gestos humanos, se convierten en símbolo del amor de Dios que él mismo anuncia
con su palabra, y dan a su presencia un valor casi sacramental.
Anunciar la Buena Nueva de forma
humana
11. En el contexto
de la visita pastoral es donde el agente de pastoral realiza principalmente su
misión evangelizadora o celebrativa: de la comunicación, de la escucha de la
Palabra, de la oración, del proceso penitencial... Para que el anuncio de la
Buena Nueva resuene eficazmente en el corazón del enfermo, es necesario que se
centre en la situación que está viviendo y le sea transmitido de forma humana.
Líneas a privilegiar
12. Las líneas que
hay que privilegiar en la misión evangelizadora del enfermo brotan y se
fundamentan en el misterio de la Encarnación, expresión visible del amor del
Padre.
A la luz de la palabra y del
ejemplo de Cristo y del misterio pascual vivido por él, la vida humana tiene
sentido aun en las situaciones penosas por la presencia del mal, del
sufrimiento y de la muerte.
La difícil catequesis, dirigida a
ayudar al enfermo a transformar su propia experiencia negativa en ocasión de
crecimiento, ha de ser iluminada por la esperanza que nos viene de Cristo
resucitado.
Rasgos del encuentro
evangelizador
13. El encuentro
evangelizador ha de ser personalizado, en un diálogo franco y confidencial, sin
límites ni cálculos, sin presiones indebidas, respetuoso con la libertad y las
disposiciones del enfermo. El dogmatismo, el juicio y la condena .. son
actitudes que deben desaparecer del comportamiento del agente de pastoral.
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