jueves, 9 de junio de 2016

El encuentro pastoral con el enfermo.

Actividades del servicio de asistencia religiosa

 

                             El encuentro pastoral con el enfermo.

 

Importancia del encuentro

1. En la actividad del agente de pastoral tiene una gran importancia el encuentro personal con el enfermo. Ha de ser la expresión de su fidelidad a las palabras de Jesús: "Estuve enfermo y me visitasteis" (Mt. 25, 36).

La cantidad de personas a visitar, el riesgo de caer en la rutina y, a veces, la ausencia de una preparación adecuada y de un método, pueden contribuir a hacer pesada y poco gratificante esta importante actividad pastoral. Por lo cual es necesario revisarla constantemente y perfeccionarla.

 

Visita amistosa y encuentro pastoral

2. El agente de pastoral ha de saber distinguir entre la visita amistosa y la relación pastoral de ayuda. Mientras la primera es bueno brindarla a todos los enfermos, la segunda es conveniente tan sólo para un grupo reducido de personas que están dispuestas a recorrer un camino más largo, profundo y continuo. El discernimiento de las diferentes necesidades y la oferta de respuestas apropiadas, permiten al agente de pastoral distribuir de manera racional ayuda a las personas que lo han pedido.

 

Paso de la conversación corriente al diálogo pastoral
3. Tanto en las visitas breves como en las más extensas, el agente de pastoral ha de saber pasar de la conversación social al diálogo pastoral. Para ello, ha de:

• concentrarse más en la persona que en los hechos externos;

• saber escuchar, ser comprensivo y amable;

• aceptar la tensión del enfermo, ayudándolo a afrontar la realidad, aunque sea dura;

• preocuparse más de ayudar que de distraer, estando disponible al acompañamiento del enfermo;

• saber pasar de la discusión sobre Dios a la experiencia de Dios y a la relación con él.

 

Organización de las visitas

4. Si la visita diaria es un ideal a tener presente en la programación de la actividad pastoral, no por ello ha de constituir un absoluto que absorba todas las energías del agente de pastoral.

 

Teniendo como firme el principio de que todos los enfermos tengan la posibilidad de un encuentro con el agente de pastoral, han de estudiarse, para la organización de las visitas, formas realistas y armonizadas con las otras exigencias del trabajo apostólico.

 

Plan pastoral

5. En el delicado ministerio de la visita, el agente de pastoral ha de evitar la improvisación. Ha de prepararla elaborando un plan de pastoral que después sabrá adaptar con flexibilidad a las distintas situaciones.

Un plan pastoral implica señalar objetivos claros y concretos y seleccionar los medios idóneos para conseguirlos.

 

Encuentro sin máscaras
6. Superando la tentación de ampararse en el propio rol o de manifestar solamente algunos aspectos de su propia personalidad, el agente de pastoral ha de trabajar por ser él mismo y presentarse con su propia identidad, atento a sus sentimientos que sabrá utilizar de manera apropiada en la relación con el enfermo y sus familiares.

 

Estima y respeto
7. El agente de pastoral ha de manifestar con su modo de actuar aquella estima y respeto profundos que ayudan al enfermo a mantener el sentido de integridad de la propia persona a pesar del desmoronamiento causado, en el cuerpo y en el espíritu, por la enfermedad.

 

Respeto a la religiosidad
8. Hay que tener el máximo respeto a la religiosidad del enfermo, evitando imponerle los propios estilos de fe. A los que no creen o no practican, no hay que privarles de la amistosa atención del agente de pastoral.

Es importante tener en cuenta y no despreciar la "piedad popular". Para algunos enfermos la forma de llegar a Dios y tener una conexión con el mundo de la fe, es su devoción a la Virgen, a un santo o una santa. El encuentro pastoral comporta caminar por sendas que no son, a veces, las del propio agente y acomodarse a la sencillez y al candor de una confianza, de una fe y de un amor que Dios juzgará de forma muy distinta a la nuestra.

 

Respeto del proceso de maduración
9. Consciente de que tanto Dios como el enfermo tienen sus caminos, que no siempre coinciden entre sí o con los nuestros, el agente de pastoral ha de respetar los pasos del enfermo y la lentitud en el proceso de su maduración humana y cristiana.

 

Las actitudes símbolo del amor de Dios

10. En una perspectiva de fe, las actitudes humanas positivas del agente de pastoral, sus gestos humanos, se convierten en símbolo del amor de Dios que él mismo anuncia con su palabra, y dan a su presencia un valor casi sacramental.

 

Anunciar la Buena Nueva de forma humana
11. En el contexto de la visita pastoral es donde el agente de pastoral realiza principalmente su misión evangelizadora o celebrativa: de la comunicación, de la escucha de la Palabra, de la oración, del proceso penitencial... Para que el anuncio de la Buena Nueva resuene eficazmente en el corazón del enfermo, es necesario que se centre en la situación que está viviendo y le sea transmitido de forma humana.

 

Líneas a privilegiar
12. Las líneas que hay que privilegiar en la misión evangelizadora del enfermo brotan y se fundamentan en el misterio de la Encarnación, expresión visible del amor del Padre.

A la luz de la palabra y del ejemplo de Cristo y del misterio pascual vivido por él, la vida humana tiene sentido aun en las situaciones penosas por la presencia del mal, del sufrimiento y de la muerte.

La difícil catequesis, dirigida a ayudar al enfermo a transformar su propia experiencia negativa en ocasión de crecimiento, ha de ser iluminada por la esperanza que nos viene de Cristo resucitado. 

Rasgos del encuentro evangelizador

13. El encuentro evangelizador ha de ser personalizado, en un diálogo franco y confidencial, sin límites ni cálculos, sin presiones indebidas, respetuoso con la libertad y las disposiciones del enfermo. El dogmatismo, el juicio y la condena .. son actitudes que deben desaparecer del comportamiento del agente de pastoral.

 

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