VATICANO, 11 Jun. 16 / 07:24 am (ACI).- Fue un encuentro cargado de emoción y alegría en el que el Papa Francisco aseguró que las diferencias son riqueza y por tanto un don y advirtió a los sacerdotes que no quieren acoger a las personas con alguna discapacidad que deben convertirse.
Francisco no dudó en dejar el discurso que tenía preparado a un lado e improvisar unas palabras llenas de cariño para los miles de discapacitados que se reunieron con él este sábado en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Santo Padre los recibió con motivo de un Congreso dedicado a personas discapacitadas y promovido por la oficina de catequesis nacional italiana en ocasión del 25ª aniversario de su creación.
El Papa agradeció las preguntas que le dirigieron y que él respondió destacando que la pastoral que necesitan requiere una doble atención: la conciencia de educar a la fe de la persona discapacitada, incluso con graves discapacidades; y la voluntad de considerarla como sujeto activo en la comunidad en la que vive.
Francisco destacó que “todos somos diferentes” y por tanto que “no hay uno que sea igual que otro”. En su opinión, las diferencias dan miedo a todos porque “ir al encuentro de una persona que tiene una diferencia grave es un desafío”.
Sin embargo, “las diferencias son la riqueza”: “yo tengo una cosa, y tú otra, y así hacemos algo grande”, dijo invitando a continuación a no tener miedo y a poner en común todo lo que uno posee, ya que enriquecerá al resto.
“Se trata de hacer crecer una mentalidad y un estilo que quite los prejuicios, las exclusiones y marginaciones, favoreciendo una efectiva fraternidad en el respeto de la diversidad que hay que apreciar como un valor”, indicó el Papa.
Uno de los gestos más hermosos, ha señalado, es el de darse la mano porque “pongo en común lo que tengo contigo”, “te doy lo mío y tú lo tuyo”.
Otra pregunta ha sido en relación a la discriminación que sufren algunos de ellos en las parroquias, a lo que a contestado que esto es una de las cosas más feas que se dan. En su opinión, un párroco que no acepta a todos tal y como son debe “convertirse”.
Es responsabilidad de la parroquia preparar adecuadamente a las personas con discapacidad, por ejemplo a un sordo, dijo el Papa. “Si tú eres diferente, también tienes la posibilidad de ser el mejor”, explicó.
Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando una niña con síndrome de down se ha saltado la seguridad y ha subido corriendo por las escaleras hasta el escenario donde estaba sentado el Papa, quien al verla le ha dicho: “Ven, ven”.
Francisco, con una sonrisa en la boca, comentó entonces que la pequeña “no tiene miedo” y por eso “corre el riesgo” y “sabe que las diferencias son una riqueza”. La niña down “nos ha dado una lección” y por ello “nunca será discriminada, se sabe defender sola”, certificó.
Un sacerdote lanzó la última pregunta: “¿Cómo acoger a todos?” y el Papa respondió de manera tajante: Si un sacerdote no sabe acoger a todos debe “cerrar la puerta de la parroquia: o todos o ninguno”. Y si dice: “yo entiendo a todos pero no puedo acoger a todos, porque no todos pueden entender”, el problema lo tiene él porque “eres tú que no eres capaz de entender”, dijo Francisco.
A este respecto explicó que a muchos presbíteros les falta el “apostolado de la oreja” que no es otra cosa si no “escuchar”. El Papa comentó que “el Señor está en el corazón de cada uno” y por eso debe tener la paciencia de escuchar a todos”.
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