lunes, 7 de noviembre de 2022

MOTIVACIONES, CUALIDADES, ACTITUDES Y DESTREZAS EN EL AGENTE DE PASTORAL

 


Aumenta de día en día el número de creyentes que, de forma voluntaria, colaboran en la pas-toral de la salud. "Es voluntario todo aquél que, además de sus propios deberes profesionales y de su status, dedica parte de su tiempo, de manera continuada y desinteresada a activi-dades, no en favor de sí mismo ni de sus asocia-dos (a diferencia del asociacionismo), sino en favor de los demás o de intereses sociales colec-tivos, según un proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de la benefi-cencia), sino que tiende a erradicar o modificar las causas de necesidad o de marginación social". (Definición de Cáritas y Tavazza).

 

¿Qué distingue o diferencia a un voluntario, agente de pastoral de la salud en nuestro caso, de un voluntario de otras asociaciones? Las diferen-cias no hay que buscarlas tanto en lo que hacen, sino en las motivaciones que están en su origen, en las actitudes que suscitan y en los objetivos que pretenden.

 

MOTIVACIONES

DE UN VOLUNTARIO CRISTIANO

 

El móvil fundamental está en la fe, fuente de una personal experiencia de Dios, que lleva al creyente a descubrir su vocación de servicio gratuito, a ejemplo de Cristo que "no vino para ser servido, sino para servir".

 

El voluntariado es, pues, una expresión del seguimiento de Cristo dentro de las propias circunstancias de vida.

 

El voluntariado brota asimismo del deseo de vivir el Evangelio e implantar el Reino de Dios en el mundo de los enfermos, prolongando en el tiempo los gestos y actitudes de Jesús, el Buen Samaritano.

 

Así motivado, el voluntario desea contribuir a humanizar el mundo de la ancianidad, encar-nando en él la humanidad de Dios.

 

El voluntario se siente enviado por la comu-nidad eclesial, de la que es parte activa, a evange-lizar atendiendo, cuidando y acompañando a los ancianos enfermos.

 

Como miembro de la Iglesia, actúa en su nombre, hace suyos sus objetivos y se siente mediador de la misma ante el anciano y su familia.

 

CUALIDADES Y ACTITUDES

 

Respetuoso ante las formas de ser, pensar y hacer del anciano enfermo.

 

Escucha activa: saber descubrir lo que hay detrás de las palabras y los gestos.

 

Confianza: fe en sí mismo y en los demás.

 

Dialogante, experto en humanidad y en tole-rancia.

 

Idealista con sano realismo.

 

Sentido común. Flexibilidad al mismo tiem-po que firmeza. Iniciativa. Espíritu de servicio y entrega. Acogedor. Humilde. Constante. Pun-tual. Sincero. Amable. Discreto. Alegre. Sentido del humor. Dispuesto a aprender y dejarse enseñar. Esperanzado. Emprendedor. Sencillo. Servidor de la Verdad y la Unidad.

 

Dispuesto a implantar el Reino de Dios en el mundo de los ancianos enfermos.

 

Espíritu crítico que busca las causas, evalúa la realidad y trata de buscar soluciones.

 

Persona de profunda fe conocida, vivida y celebrada.

 

Persona de oración y amante de la Iglesia.

 

Conocedor de la psicología y necesidades del anciano enfermo.

 

DESTREZAS DEL AGENTE DE PASTORAL

 

El voluntario, agente de pastoral, necesita una adecuada formación para enriquecer sus moti-vaciones, perfeccionar sus actitudes y adquirir habilidades y destrezas. Aquí apuntamos sólo algunas de estas últimas.

 

1. La destreza de atender y escuchar

 

La escucha requiere atención. La atención puede ser: Física, dirigida al entorno, objetos; observación para captar sentimientos del enfermo, contenido de sus palabras y lo que expresan sus manos, gestos, silencios.

 

Escuchar es integrar los mensajes de la obser-vación, demostrando así al enfermo el interés en ayudarle.

 

La escucha requiere comprensión, dar confian-za, situarse ante el enfermo con respeto, evitar juicios sobre el otro

 

 

2. La destreza de responder y confrontar

 

Escuchar al enfermo no es sencillo. Tampoco lo es responderle. Toda respuesta debe estar motivada por el deseo de ayudarle, de transmitir comprensión y empatía.

 

Respuestas a evitar:

 

En principio, el voluntario ha de procurar evi-tar aquellas respuestas que expresan valoración o juicio moral; que limitan o dificultan la esponta-neidad en el anciano; respuestas que denotan deseos de "investigar" o curiosear; que intentan consolar "fácilmente" o que buscan "soluciones" sin más.

 

Confrontar:

 

Es reconocer el protagonismo del anciano enfermo, tratando de que descubra sus propias posibilidades, sus luces y sombras, sus recursos internos. Al ser confrontado no se siente juzgado, sino acompañado.

 

Condiciones de una buena confrontación:

 

- Necesita de un buen clima de confianza recí-proca.

 

- Ha de evitarse que el anciano la sienta como impuesta.

 

- Hay que saber escoger el momento oportuno.

 

- Si se hace bien, puede ser terapéutica: ayuda a crecer a la persona.

 

LECTURA EVANGÉLICA

 

Leer el texto del Evangelio de S. Lucas 24, 13-34 (los discípulos de Emaús), centrando la atención en:

 

  los diferentes momentos del encuentro de Jesús con estos discípulos,

 

  las actitudes de Jesús,

 

  las reacciones de los discípulos.

 

CUESTIONARIO

 

¿Cuáles deben ser las motivaciones de fe en un voluntario cristiano?

 

¿Qué actitudes y cualidades ves necesarias en un agente de pastoral que atiende a ancianos enfermos?

 

¿Qué te sugiere el pasaje evangélico?

 

COMPROMISO

 

BIBLIOGRAFIA

 

"Pastoral de la Tercera Edad". Ed. Ceme, Salamanca.

 

Bermejo J.C., Relación pastoral de ayuda al enfermo, Paulinas, Madrid 1993.

 


CANTO A LA VIRGEN

 

Mientras recorres la vida...

 

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