Aumenta
de día en día el número de creyentes que, de forma voluntaria, colaboran en la
pas-toral de la salud. "Es voluntario
todo aquél que, además de sus propios deberes profesionales y de su status,
dedica parte de su tiempo, de manera continuada y desinteresada a activi-dades,
no en favor de sí mismo ni de sus asocia-dos (a diferencia del asociacionismo),
sino en favor de los demás o de intereses sociales colec-tivos, según un
proyecto que no se agota en la intervención misma (a diferencia de la
benefi-cencia), sino que tiende a erradicar o modificar las causas de necesidad
o de marginación social". (Definición de
Cáritas y Tavazza).
¿Qué
distingue o diferencia a un voluntario, agente de pastoral de la salud en
nuestro caso, de un voluntario de otras asociaciones? Las diferen-cias no hay
que buscarlas tanto en lo que hacen, sino en las motivaciones que están en su origen, en las actitudes que suscitan
y en los objetivos que pretenden.
MOTIVACIONES
DE UN VOLUNTARIO CRISTIANO
• El móvil
fundamental está en la fe, fuente de una personal experiencia de Dios, que
lleva al creyente a descubrir su vocación de servicio gratuito, a ejemplo de
Cristo que "no vino para ser
servido, sino para servir".
• El
voluntariado es, pues, una expresión del seguimiento de Cristo dentro de las
propias circunstancias de vida.
• El
voluntariado brota asimismo del deseo de vivir el Evangelio e implantar el
Reino de Dios en el mundo de los enfermos, prolongando en el tiempo los gestos
y actitudes de Jesús, el Buen Samaritano.
• Así motivado,
el voluntario desea contribuir a humanizar el mundo de la ancianidad,
encar-nando en él la humanidad de Dios.
• El voluntario
se siente enviado por la comu-nidad eclesial, de la que es parte activa, a
evange-lizar atendiendo, cuidando y acompañando a los ancianos enfermos.
• Como miembro
de la Iglesia, actúa en su nombre, hace suyos sus objetivos y se siente
mediador de la misma ante el anciano y su familia.
CUALIDADES Y ACTITUDES
• Respetuoso
ante las formas de ser, pensar y hacer del anciano enfermo.
• Escucha
activa: saber descubrir lo que hay detrás de las palabras y los gestos.
• Confianza: fe en
sí mismo y en los demás.
• Dialogante,
experto en humanidad y en tole-rancia.
• Idealista con
sano realismo.
• Sentido común.
Flexibilidad al mismo tiem-po que firmeza. Iniciativa. Espíritu de servicio y
entrega. Acogedor. Humilde. Constante. Pun-tual. Sincero. Amable. Discreto.
Alegre. Sentido del humor. Dispuesto a aprender y dejarse enseñar. Esperanzado.
Emprendedor. Sencillo. Servidor de la Verdad y la Unidad.
• Dispuesto a
implantar el Reino de Dios en el mundo de los ancianos enfermos.
• Espíritu
crítico que busca las causas, evalúa la realidad y trata de buscar soluciones.
• Persona de
profunda fe conocida, vivida y celebrada.
• Persona de
oración y amante de la Iglesia.
• Conocedor de la psicología y necesidades del anciano enfermo.
DESTREZAS DEL AGENTE DE PASTORAL
El
voluntario, agente de pastoral, necesita una adecuada formación para enriquecer
sus moti-vaciones, perfeccionar sus actitudes y adquirir habilidades y
destrezas. Aquí apuntamos sólo algunas de estas últimas.
1.
La destreza de atender y escuchar
La
escucha requiere atención. La atención puede ser: Física, dirigida al entorno,
objetos; observación para captar
sentimientos del enfermo, contenido de sus palabras y lo que expresan sus
manos, gestos, silencios.
Escuchar
es integrar los mensajes de la obser-vación, demostrando así al enfermo el
interés en ayudarle.
La
escucha requiere comprensión, dar confian-za, situarse ante el enfermo con
respeto, evitar juicios sobre el otro
2.
La destreza de responder y confrontar
Escuchar
al enfermo no es sencillo. Tampoco lo es responderle. Toda respuesta debe estar
motivada por el deseo de ayudarle, de transmitir comprensión y empatía.
• Respuestas a evitar:
En
principio, el voluntario ha de procurar evi-tar aquellas respuestas que expresan
valoración o juicio moral; que limitan o dificultan la esponta-neidad en el
anciano; respuestas que denotan deseos de "investigar" o curiosear;
que intentan consolar "fácilmente" o que buscan
"soluciones" sin más.
• Confrontar:
Es
reconocer el protagonismo del anciano enfermo, tratando de que descubra sus
propias posibilidades, sus luces y sombras, sus recursos internos. Al ser
confrontado no se siente juzgado, sino acompañado.
• Condiciones de una buena confrontación:
-
Necesita de un buen clima de confianza recí-proca.
-
Ha de evitarse que el anciano la sienta como impuesta.
-
Hay que saber escoger el momento oportuno.
-
Si se hace bien, puede ser terapéutica: ayuda a crecer a la persona.
LECTURA EVANGÉLICA
Leer
el texto del Evangelio de S. Lucas 24, 13-34 (los discípulos de Emaús),
centrando la atención en:
• los diferentes momentos del encuentro de Jesús
con estos discípulos,
• las actitudes de Jesús,
• las reacciones de los discípulos.
CUESTIONARIO
• ¿Cuáles deben
ser las motivaciones de fe en un voluntario cristiano?
• ¿Qué actitudes
y cualidades ves necesarias en un agente de pastoral que atiende a ancianos
enfermos?
• ¿Qué te sugiere el pasaje evangélico?
COMPROMISO
BIBLIOGRAFIA
"Pastoral de la Tercera
Edad". Ed. Ceme, Salamanca.
Bermejo J.C., Relación pastoral de ayuda al enfermo, Paulinas,
Madrid 1993.
CANTO A LA
VIRGEN
Mientras
recorres la vida...
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