Dios omnipotente, que
estás presente en todo el universo y en
la más pequeña de tus criaturas, Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que
existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la
belleza.
Inúndanos de paz, para
que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie.
Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar a los
abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del
mundo y no depredadores, para que
sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios a costa
de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar
admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos,
por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
(Papa Francisco, LS)
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